de Pedro Almodóvar. España, 2020. 30’.
23 de octubre de 2020. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.
Un síntesis apretada del estilo almodovariano con una actualización acelerada del texto de Cocteau. Desde los títulos de crédito hasta la música de Alberto Iglesias pasando por los decorados, los encuadres, los movimientos de cámara y el montaje, todo viene a expresar que se trata de una película de Almodóvar, aunque sea en inglés. Me gusta la idea de ese espacio ambiguo y metafísico a lo Dogville. Tampoco está nada mal el ajuste de cuentas con el pasado en ese incendio final. Pero creo que, al multiplicar los planos, el monólogo pierde intensidad y acaba resultando atropellado. Aunque supongo que eso no resultaría nada almodovariano, el texto pedía a gritos un único plano secuencia en el que seguramente Tilda Swindon se habría lucido bastante más. Así que si se trata de hacer algo novedoso con el famoso monólogo de Cocteau, me quedo con el estupendo trabajo de Antonio Dechent que vimos hace cinco años en el teatro Lara. La originalidad no estaba en el texto ni en la puesta en escena, sino en que el abandonado fuera un hombre y no una mujer.