de Abel Ferrara. Italia, 2019. 115’.
21 de octubre de 2020. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Casi una autoficción con el extraordinario Willem Dafoe en el papel protagonista. La mujer y la hija de este director norteamericano son realmente las de Abel Ferrara, así que podemos encontrar mucha verdad y mucha catarsis en esta historia sobre la pareja, la paternidad y la redención que termina con el propio director crucificado a las puertas de la estación Termini. Los mixtura entre el relato verosímil y las ensoñaciones personales predominan en esta singular película que a veces fluye con la cadencia propia de la espiritualidad oriental y otras tiene la crispación testosterónica propia de un hombre que quisiera poder escapar de las tensiones cotidianas que él mismo provoca. La película que está preparando el director (el ficticio y el real) se titula Siberia y volverá a protagonizarla Willem Dafoe. Y es que la estupenda afinidad entre los dos ya quedó clara en Pasolini. Así que son bien interesantes los últimos trabajos de Abel Ferrara, del que no olvido el tributo que dedicó a las salas de cine y quienes las mantienen abiertas en The projectionist, el estupendo documental sobre un tipo singular llamado Nicolas Niculau.