de Fernando Trueba. España, 2024. 128’.
24 de agosto de 2024. Multicines Béjar.
No se entiende que tras El olvido que seremos, la estupenda adaptación de la novela de Héctor Abad Faciolince en la que Fernando Trueba cuidaba tanto las voces que hasta Javier Cámara parecía paisa, se haya permitido desaliños tan notables en este aspecto como los de Dispararon al pianista o los de esta película. La presencia de Matt Dilon ha debido ser la causa de que todos hablen en inglés en la versión original, aunque en la mayoría de las salas se haya proyectado doblada. En su caso, el problema no es solo el penoso doblaje porque su recital de gestos afectados parece un muestrario de los tópicos de la masculinidad gringa. A su lado Aida Folch hace lo que puede para defender su personaje, pero el problema no tiene solución. Tras un comienzo ligero que parece propio de una de esas series alemanas de la sobremesa televisiva, la cosa se ensombrece hasta asomarse casi al género gore (con hacha y todo). Pero quizá no haya que tomar en serio este patinazo. Quizá Fernando Trueba solo ha querido bromear con los registros y los lugares comunes de ciertos géneros.