1 de febrero de 2013. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Frank Molesch consigue escapar del hospital de Dreileben y se oculta en el bosque. Un policía repasa las circunstancias del asesinato por el que fue condenado a cadena perpetua y duda de que él lo pudiera cometer. No tuvo tiempo de hacerlo durante el minuto de oscuridad que hay en el video en que quedaron grabados aquellos hechos.
La trilogía Dreileben se cierra como se abrió. Si los encuentros y desencuentros de la pareja de Algo mejor que la muerte no llegaban a interesar, tampoco la ocultación y búsqueda de este fugitivo transmiten la tensión del thriller que pretende ser Un minuto de oscuridad. La mala articulación de los nexos entre las tres historias llega al descuido más imperdonable en el final de la primera y la tercera: las dos terminan con el mismo asesinato, pero en cada una se comete de forma distinta. No me sigas es, sin embargo, una buena historia que contrasta por su calidad con las otras dos. Por lo demás, la exhibición de una trilogía fílmica debe programarse como tal. Entre la primera y la tercera de la serie Dreileben han pasado más de dos semanas y se han intercalado otras dos películas entre ellas. Aunque esta trilogía no haya sido interesante no merece estar tan mal programada. Nada que ver con la forma en que hace unos meses se proyectó Dreileben en el Teatro San Martín de Buenos Aires: una película cada día en tres consecutivos y las tres películas seguidas en el cuarto.
La trilogía Dreileben se cierra como se abrió. Si los encuentros y desencuentros de la pareja de Algo mejor que la muerte no llegaban a interesar, tampoco la ocultación y búsqueda de este fugitivo transmiten la tensión del thriller que pretende ser Un minuto de oscuridad. La mala articulación de los nexos entre las tres historias llega al descuido más imperdonable en el final de la primera y la tercera: las dos terminan con el mismo asesinato, pero en cada una se comete de forma distinta. No me sigas es, sin embargo, una buena historia que contrasta por su calidad con las otras dos. Por lo demás, la exhibición de una trilogía fílmica debe programarse como tal. Entre la primera y la tercera de la serie Dreileben han pasado más de dos semanas y se han intercalado otras dos películas entre ellas. Aunque esta trilogía no haya sido interesante no merece estar tan mal programada. Nada que ver con la forma en que hace unos meses se proyectó Dreileben en el Teatro San Martín de Buenos Aires: una película cada día en tres consecutivos y las tres películas seguidas en el cuarto.