27 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S.
Lola es abuela en tagalo. Y esta es la historia de dos. La que acaba de perder a su nieto y la que tiene el suyo en la cárcel por haberlo asesinado. Las dos abuelas deambulan bajo la lluvia buscando ayuda en Manila. Una para enterrar a su nieto. La otra para liberarlo.
Otra vez el hiperrealismo tosco de la cámara de Brillante Mendoza nos lleva por las calles (y canales) de Manila siguiendo un momento crucial en la vida de unos personajes humildes. Y otra vez es femenina la inmensa dignidad que muestran. En la luminosa Foster child seguíamos a una madre que protagonizaba un bellísimo canto a la vida con abrupto final anunciado. En esta película gris hay un drama pretérito cuyas consecuencias quisieran remediar estas nobles ancianas unidas dramáticamente por sus nietos. La torpeza de sus movimientos, la dureza de su vida cotidiana en esa áspera ciudad es constatada por la cámara atenta de Mendoza. En el coloquio nos comentó que la permanente lluvia quería ser metáfora de la dificultad con que se enfrentan a su entorno estas damas de la edad tardía. También nos habló de las enormes actrices que dan vida a esos dos impresionantes personajes inspirados en sendos casos reales. Una nueva lección del buen cine de un director capaz de demostrar que lugares tan modestos como Filipinas pueden ser tema y origen de joyas cinematográficas que nada tienen que envidiar a las que (no siempre) producen industrias cinematográficas tan poderosas (¿y eficientes?) como la norteamericana o la francesa.