3 de marzo de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.
La España de Juan Carlos I. La que va de Suárez a Zapatero. Políticos, periodistas, gentes del pueblo de buen y mal vivir, dieron mucho de si ante ese periodista andaluz que siempre fue el mismo loco. El de aquellas noches en que nos hablaba con silencios desde su colina radiofónica. Y el que reía profundo, preguntaba lento y callaba mucho cuando era un perro verde televisivo.
La parsimona según Jesús Quintero. Y con ella la historia de este país de chirigotas y monterías. Con imágenes muy bellas de Los Arcornocales y de Cádiz, Mercedes Moncada Rodríguez consigue entreverar la metáfora de las dos Españas con aquellas entrevistas que Jesús Quintero hizo a gentes de los dos lados. De muy arriba y de muy abajo. Todos unidos por la sinceridad que siempre logró este entrevistador de la noche, el humo y los silencios. Así que esta hora y media de retales magníficamente seleccionados entre miles de horas de imágenes grabadas se me hace muy corta y me quedo embobado ante la capacidad de aquel genio del gesto y la mirada para hacer periodismo pata negra. Tan ibérico y meridional como una montería. O una chirigota.