9 de septiembre de 2017. Cines Ocimax, Gijón.
Cloe tiene dolores en el vientre pero los médicos no le encuentran nada. Así que va a la consulta de un psiquiatra con el que acaba conviviendo. También tendrá encuentros con otro que es idéntico a él. Son dos hermanos gemelos que comparten un pasado dramático. Como el de ella, que también explica lo qué le pasa en el vientre y en la mente.
Marine Vacth tiene una belleza modélica y la cámara de Ozon lo sabe (al menos desde que se prendó de ella en Joven y bonita). Eso y algunos atrevimientos visuales (duplicidades, espejos, simetrías y unas exposiciones muy chulas en el museo) son lo único salvable de la película. Y es una lástima porque la idea de que un gémelo fallido puede condicionar una vida podría haber dado bastante juego (de hecho, está en el arranque de un texto teatral tan extraordinario como Bosques, el tercero de la impresionante tetralogía de Wajdi Mouawad). Me pregunto cómo es posible que el director de En la casa o Frantz ha podido hacer una cosa tan mala como esta. Puede ser que en El amante doble también haya un director doble. Quizá otro Ozon, hermano gemelo de François pero más torpe, es quien ha dirigido esta película.