29 de octubre de 2017. Teatro Carrión, 62º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial). V.O.S.
Paula se queda en la calle con el gato. La ha echado de casa el hombre con el que ha estado viviendo durante diez años. Su vida queda a la deriva y malvive de cualquier modo hasta que consigue una buhardilla a cambio de cuidar a una niña. También un trabajo de dependienta en una tienda de lencería. Al final, el fotógrafo con el que vivió quiere que vuelva y a ella su embarazo la hace dudar. Pero solo por un momento. Un negro estupendo que también trabaja en la tienda le hace ver que hay hombres mucho mejores.
No niego que Laetitia Dosch hace un buen trabajo y que seguramente puede merecer el premio a la mejor actriz que ha compartido con Agnieszka Mandat-Grabka (la protagonista de El rastro). Pero a mi su personaje me resulta muy poco grato. Reconozco que su singularidad es precisamente que no se hace querer (en eso me recuerda un poco al de Frances Ha de Noah Baumbach), pero no consigue conmoverme. Por lo demás, creo que la película mejoraría si hubiera mantenido omitido al personaje masculino que explica esta deriva femenina tan singular. Y es que como ocurre tantas veces, también en esta historia menos es más.