18 de agosto de 2018. Cines Los Prados, Oviedo.
En los años setenta Mason Skiles era un diplomático americano que ejercía con habilidad sus dotes de mediador en Beirut. Allí era feliz con su mujer y con un niño palestino al que iban a adoptar. Pero todo cambió para él aquella noche terrible en que los israelíes quisieron llevarse al niño y en la refriega con un comando palestino murió su mujer. Diez años después la CIA le obliga a volver a Beirut para mediar con los secuestradores palestinos de un importante responsable americano que era amigo suyo de aquel tiempo. El niño que se llevaron aquella noche es ahora el joven con el que tiene que negociar.
Bien ambientada en sus dos épocas y con una fotografía muy cuidada, la película de Brad Anderson se sigue con mucho interés tanto por la trama que la enmarca en aquellos terribles años en Beirut como por la interesante historia personal de este negociador nato que es el verdadero protagonista de la historia. De hecho, su amigo el rehén es casi un secundario que guarda cierto paralelismo con ese otro colaborador con el que ahora media en pequeños conflictos locales en su país. Así que no se entiende esa costumbre de los distribuidores españoles de empeorar los títulos originales de las películas. Beirut era el título perfecto pero, si se trataba de personalizar la historia, El negociador o El mediador tenían mucho más sentido que El rehén. De cualquier forma, la llamen como la llamen, la película de Brad Anderson merece la pena.