12 de marzo de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Forrest Tucker atracaba bancos con maneras amables. Era un ladrón elegante que no robaba para vivir bien sino que vivía para robar bien. Lo hacía por gusto. Como el policía que lo buscaba y que finalmente se alegraba de no ser él quien lo atrapó.
El sábado veíamos la que probablemente será la última película que interprete Clint Eastwood y hoy vemos la que seguramente será la despedida de Robert Redford como actor. Los dos hacen de granujas venerables y deliciosos con los que uno querría compartir un viaje o un trago. The old man and the gun está ambientada en los años ochenta y hasta la textura de la imagen parece querer confirmar que ya han pasado tres décadas de los hechos reales en que se basa esta historia. Con esa lejanía David Lowery quizá pretende evocar los buenos tiempos de este actor cautivador. Sin embargo, Robert Redford es bastante más que aquel irresistible galán. De hecho, sigue estando estupendo en este papel sosegado de contenida alegría. Como también lo estaba cuando llenaba de sobriedad el drama de aquel personaje silente que interpretó hace cinco años en Cuando todo está perdido, la estupenda película de J. C. Chandor. Así que ha sido un gusto ver esta película que, igual que la del sábado, tiene el sabor de una despedida tranquila y alegre. Como debe ser.