4 de junio de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Christian es un novato en un supermercado para mayoristas. Con la ayuda del veterano Bruno aprende a manejar palés en la sección de bebidas. Y se enamora de Marion, la agradable mujer que trabaja en la de dulces.
Un laberinto amable de reponedores infelices. Un hogar desangelado para gentes bondadosas. A la vuelta de la esquina es una película inclasificable sobre los afanes laborales de unos personajes deliciosos. Estuvimos a punto de verla en el festival de Valladolid, donde ganó una bien merecida Espiga de Plata, así que la esperábamos con mucho interés en la siempre atinada programación de la Casa de la Cultura. La historia es sencilla y tiene algo de cuento poético, de relato sobre la intrahistoria cotidiana de unos personajes tristes para los que ese supermercado impersonal tiene bastante de refugio. Christian encuentra allí una oportunidad para dejar atrás las malas compañías que le llevaron a la cárcel. Marion encuentra en él la dulzura que compensa el fracaso de su matriminio. Y Bruno hace de mentor de este novato que lo acabará sustituyendo en la sección de bebidas cuando ya no pueda soportar la añoranza del tiempo en que era feliz conduciendo camiones por la Alemania del Este. Delicada en la definición de los personajes, original en la manera de poner la cámara e hilvanar las historias y singular en la forma de mostrar ese ambiente inhóspito y cálido a la vez, A la vuelta de la esquina es la primera película de Thomas Stuber que vemos en España. Ojalá que pronto veamos más.