27 de diciembre de 2019. Pequeño Cine Estudio, Madrid. V.O.S.
En enero de 1972 Sydney Pollack filmó dos actuaciones de Aretha Franklin en una iglesia de Los Ángeles que acabarían convirtiéndose en el doble álbum más vendido de la historia de la música góspel. Sin embargo, el material filmado tenía problemas de ajuste entre imagen y sonido y no llegó a convertirse en película hasta que, once años después de la muerte de Pollack, Allan Elliot se ha encargado de restaurar y montar este documento único sobre aquel acontecimiento.
Imaginemos que en enero de 1992 Carlos Saura hubiera llevado varias cámaras a la última actuación de Camarón, aquel memorable concierto que dio con Tomatito en el colegio mayor San Juan Evangelista. Imaginemos que lo filmado no se hubiera convertido entonces en película y se montara ahora con un respeto máximo al ambiente original, sin retoques ni recortes, mostrando no solo el genio de aquel genio sino también el ambiente, los rostros y los gestos de quienes llenaron la sala aquella noche mítica. Algo así debe ser para el público de esa música el reencuentro con estas imágenes a las que el tiempo ha multiplicado su valor. Las tomas imprevistas, las involuntarias apariciones del propio Pollack ante la cámara o las de un Mick Jagger sentado entre un público mayormente negro y religiosamente abducido por un concierto histórico, componen una película singularísima que no es la grabación de un concierto ni tampoco un documental. Es un documento radicalmente inmersivo en un gran hito de la historia de la música negra.