7 de diciembre de 2019. Cines Verdi, Barcelona. V.O.S.
El cardenal Bergoglio va a Roma para pedir permiso al papá para retirarse. Pero antes de salir de Buenos Aires recibe una invitación del Vaticano precisamente para que vaya a ver al papá. Serán encuentros muy cordiales en los que los dos hablarán de muchas cosas y en los que Benedicto XVI le anticipará si intención de dejar de ser papa. Bergoglio regresará a Buenos Aires sabiendo que pronto será Francisco.
La última vez que estuvimos en Barcelona vimos en los cines Boliche El viaje, otra película basada en hechos reales en la que dos hombres muy distintos tenían otro encuentro privado de gran trascendencia pública. La película de Meirelles tiene algo que ver con la de Hamm. Al menos en el gran interés de lo que cuenta, en la calidad del guión y en las excelentes interpretaciones de los actores. De hecho, Jonathan Pryce y Anthony Hopkins consiguen que todo el tiempo creamos estar viendo a Bergoglio y a Benedicto en lugares tan fascinantes como Casteldandolfo, la Capilla Sixtina o las estancias privadas del papa. La elegancia de los encuadres y la calidad del montaje son los que uno espera del cine de Meirelles. Pero el director brasileño consigue dar a este encuentro un interés, una verosimilitud y hasta un punto divertido que hacen que sea una delicia ver esta película. Y sobre todo poder verla en las mejores condiciones, las de la enorme sala de los renovados cines Verdi de Barcelona. Algo que no sería posible en otros lugares porque lamentablemente esta película la produce Netflix y ya sabemos lo que eso implica.