de Samu Fuentes. España, 2023. 85’.
18 de noviembre de 2023. Escuela de Comercio. 61º Festival de Cine de Gijón (sección: Retueyos).
Recuerdo que cuando era niño el pastor se llevaba a todas las cabras de la gente del pueblo a pasar el día en el campo y las devolvía al atardecer. Hoy sigue habiendo algún pastor (con más ovejas que cabras) pero ya nadie ordeña las seis o siete cabras que tenía entonces cada vecino. Los tiempos cambian y la vida en los extremos rurales también. Que los protagonistas de esta película culpen al lobo de sus males puede comprenderse, pero que el propósito del documental sea insistir en ese fetiche (que tanto rédito le da a la derecha testosterónica) resulta menos inocente. En esto Los últimos pastores es muy diferente a Salvajes, el cuento del lobo, la excelente película de Álex Galán que muestra de forma realista las distintas aristas del conflicto del lobo en Asturias Las imágenes de este documental son muy bonitas, pero quizá habría que recordar que la bondad bucólica de esas vidas (solo vemos las masculinas) era cuestionada por el propio Samu Fuentes en el retrato de la aspereza (y el sexismo) del extremo rural pretérito que hizo en Bajo la piel del lobo. El lobo feroz pobló los miedos infantiles durante muchos siglos. Pero para entender los males de los territorios rurales quizá sea mejor saber que los lobos de hoy se llaman consumismo, Amazon, gentrificación, periferias urbanas, autovías y altas velocidades en presente continuo. Y frente a esos lobos no hay caperucitas que valgan.