10 de noviembre de 2023. Cines Los Prados, Oviedo.
En las novelas de Sara Mesa hay mujeres con dudas y perros sin cariño. Un amor parte de desarraigos vitales (el de la intérprete que no soporta tener que traducir tanto dolor sin traicionarlo, el del alemán que en realidad es hijo de una refugiada armenia) y explora las posibilidades del intercambio sexual como comercio de necesidades primarias. Para ello, esta pareja casual, magníficamente interpretada por Laia Costa y Hovik Keuchherian (a él le habíamos visto estrenando en el Palacio Valdés Un obús en el corazón, un monólogo de Wajdi Mouawad), confronta deseos y dolores en un contexto inquietante en el que también hay otras parejas extrañas (el hombre atento y la esposa demente, los padres imbéciles que hablan en inglés a sus hijas) y otras masculinidades más peligrosas (el casero impresentable, el vecino aparentemente amistoso). Isabel Coixet y Sara Mesa han conseguido que una excelente y perturbadora novela se convierta en una magnífica e inquietante película. Sin duda, la calidad del trabajo interpretativo de la pareja protagonista es esencial para ello. Y también el de Luis Bermejo, Hugo Silva, Ingrid García-Jonsson o Francesco Carril. Pero lo que más sorprende y agrada es la sintonía entre las atmósferas de la novela y la película. En las dos la casa destartalada, el perro dañado, las montañas agobiantes y el pueblo sin alma se convierten en paisajes metafóricos de las complejas emociones por las que deambula la protagonista. El nexo principal entre la película y la novela está en que Isabel Coixet ha captado muy bien la singularidad de la relación entre Nat y Andreas. Quizá porque ya ha indagado en ese tipo de relaciones en otros paisajes desolados. Por ejemplo, en la plataforma petrolífera de La vida secreta de las palabras.