de Michel Gondry. EE.UU., 2004. 108’.
27 de mayo de 2024. Filmin. V.O.S.
Joel y Clementine son muy distintos, pero muy afines. Un encuentro imprevisto los ha unido. O quizá no, porque, tras una discusión, Clementine irá a una clínica para borrar todos los recuerdos con él. Cuando se entera, Joel hace lo mismo con los que tenía de ella. Pero en ese proceso de amnesia inducida y selectiva se producen fallos que les dejan fallas en sus memorias. Y también ganas de encontrarse de nuevo y comenzar otra vez como dos desconocidos.
No hay identidad sin memoria, pero quizá el amor pueda quedar a salvo del olvido. En cierto modo de eso va La memoria infinita, el estupendo documental de Maite Alberdi que vimos la semana pasada. Y también la historia de Catedrales, la magnífica novela de Claudia Piñeiro. ¡Olvídate de mi! (¡qué horror de título!) ya tiene veinte años y, por tanto, es anterior a las sutilezas actuales de la inteligencia artificial, pero nos plantea un curioso y atractivo juego sobre la posibilidad de resetear las relaciones de pareja. Así que, de forma desenfadada y divertida, Gondry parece estar poniendo a prueba la hipótesis del innatismo sentimental (nada extraño siendo el director de Is The Man Who is Tall Happy?, aquella estupenda película sobre Noam Chomsky). O la posibilidad de entender el amor a la manera del mito platónico del andrógino demediado.