de Kathryn Bigelow. EE.UU., 2012. 157’.
4 de enero de 2013. Parqueastur, Corvera.
4 de enero de 2013. Parqueastur, Corvera.
“Bin Laden está ahí y vais a matarlo por mi”. La frase la podría haber dicho cualquier estadounidense, pero en esta película la dice Maya, una agente de la CIA que trabaja obsesivamente con ese objetivo y que acaba averiguando dónde se esconde el odiado terrorista. Con ella asistimos a los interrogatorios (más bien torturas) en los centros secretos de detención, a las negociaciones en los despachos y a los seguimientos que permitirán localizar a Bin Laden y finalmente matarlo.
La noche más oscura comienza mucho antes, con voces grabadas en la mañana del 11 de septiembre de 2001. Y termina poco después, con las lágrimas de la protagonista en el amanecer del 2 de mayo de 2011. En medio hay casi dos películas. La primera está centrada en Maya, para quien cazar a Bin Laden se convierte en algo personal. La seguimos en sus investigaciones, casi siempre en tierra hostil, durante esos años jalonados por los grandes atentados islamistas (imperdonable el olvido de nuestro 11 de marzo). La segunda película la protagonizan los soldados altamente tecnificados que en esa noche oscura consiguen matar a Bin Laden. A Bigelow se le da bien contar historias bélicas. Por eso se pasan en un suspiro estas dos horas y media de investigaciones secretas, decisiones políticas y acciones militares. Pero es un suspiro inquietante por lo mucho de dolorosa verdad que hay en lo que muestra. Las lágrimas finales de Maya parecen indicar que la muerte de Bin Laden cierra una etapa de su vida y de las de sus compatriotas. Y también cierra esa parte de la historia reciente que tantas películas (buenas y malas) ha inspirado. Las de esta directora están entre las mejores.