30 de octubre de 2014. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Borgman sale del bosque y entra en la casa de una familia acomodada. Ha tenido un encuentro violento con el marido, pero la mujer lo oculta y lo protege. La sintonía entre ellos acabará siendo letal cuando Borgman haga aparecer a otros personajes inquietantes.
Las referencias más obvias serían los Funny Games de Haneke o las historias vampíricas. Pero yo encuentro a este Borgman más cercano a una versión holandesa del mito del hombre del saco o del sacamantecas. Hay momentos surrealistas y derivas argumentales sorprendentes, pero no tan radicales como para que la historia no se siga o genere perplejidades. Hay también violencia, pero con un punto irónico o esteticista que también la hace llevadera. Ciertas imágenes (los perros en la casa, los cadáveres en el fondo del lago, la destrucción del jardín...) son sugerentes e inquietantes, pero el conjunto de la película no me resulta tan atractivo como le debió perecer al jurado de Sitges el año pasado.