29 de noviembre de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.
Doce moles alienígenas han aparecido de repente en distintos lugares de la Tierra. El contacto plantea el problema de la lengua. Así que un físico y una experta en traducción son llevados al lugar en el que flota la que ha llegado a Estados Unidos. Los recuerdos de una hija que aún no ha tenido ayudarán a la lingüista a descifrar el enigma de esa lengua del futuro.
Hay dos películas en la última del director de otras tan interesantes como Enemy o Incendies. La más tópica y comercial es la del militar del párpado caído que intepreta Forest Whitaker y en la que un ejercito americano sensato y bondadoso (más de Obama que de Trump) se deja orientar por una mujer de letras que se lleva muy bien con un hombre de ciencias y que es capaz de poner en comunicación a países y civilizaciones. Pero sobre esa película heroica se impone otra mucho más interesante que comienza con ese prólogo de maneras malickianas en el que vemos la feliz sintonía entre una niña y una madre y cuyo verdadero significado se desvelará al final. En esta otra película las doce moles verticales (como doce apóstoles alienígenas) son el trasunto inverso de la torre de babel y nos proponen una interesante reflexión sobre el lenguaje y el tiempo. Así La llegada es un elegante relato doble sobre el presente de esa mujer que será madre en el futuro y sobre el porvenir de una humanidad que acabará salvando a esa civilización cooperativa que ahora nos regala su lengua. El simplismo de la primera película no consigue deslucir el interés que, sobre todo en el tramo final, tiene la segunda. Así que Denis Villeneuve no defrauda.