14 de enero de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.
Un hombre joven recibe la noticia de que solo le queda un año de vida. Con la esperanza de que su enfermedad pueda curarse en el futuro, decide organizarlo todo para ser criogenizado tras su muerte. La resurrección será en 2084, en un mundo muy distinto y con una vida que quizá no valga la pena.
El director de la estupenda Blackthorn se atreve con esta historia de ciencia ficción contada en dos tiempos: el de un futuro desangelado y el de un presente con alma que Mateo Gil decide mostrar a la malickiana manera. Una voz en off nos va explicando (a veces en exceso) lo que siente este Lázaro que, desde ese extraño más allá, comprenderá que la vida solo merece la pena en presente continuo y que la felicidad no puede fiarse a un futuro perfecto. Las referencias bíblicas (particularmente las terribles escenas del purgatorio) y la evocaciones del presente (aún más bello cuando se convierte en recuerdos desde el futuro) son lo mejor de una película algo parsimoniosa y con intenciones vitalistas.