15 de enero de 2017. Centro Niemeyer, Avilés.
Sara tiene trece años y vive en Viña del Mar con su madre, su hermana pequeña y la compañera de su madre. Las cuatro se llevan bien, pero Sara está pasando un mal momento. Su padre cree que la homosexualidad de la madre no es buena para las niñas. Por eso demanda su custodia.
Rara es la mirada de una niña sobre la cotidianidad feliz de su familia y sobre la forma en que algunos prejuicios adultos pueden cambiarle la vida. Pepa San Martin sitúa admirablemente su cámara para que podamos contemplar de cerca a esa niña que observa discretamente lo que está pasando a su alrededor. La mirada cinematográfica de la directora se sitúa en la perspectiva del mejor hiperrealismo familiar. El que tiene a Jaime Rosales o a Stéphane Brizé como buenos maestros y al que Pepa San Martín aporta una historia sutil que, con unas actrices magníficas, consigue mostrar sentimientos universales a través de esta chilenísima familia. Su manejo del encuadre, de los intencionados desenfoques y de ese fuera de campo al que el personaje de la niña siempre esta tan atento como el propio espectador, hacen de Rara una hermosa ventana indiscreta desde la que podemos observar un universo familiar que habla de muchísimo más que de la homofobia chilena. Ojalá que Pepa San Martín siga haciendo tan buen cine. Y que podamos verlo aquí.