2 de febrero de 2017. Centro Cultural Paraguayo Americano, Asunción.
De Paraguay, de Bolivia, de Perú y de Colombia. Vemos testimonios concretos en los que la ilusión de una vida mejor se convierte en la pesadilla de la esclavitud para unas chicas con historias similares a las de muchos miles de mujeres de esos países.
No había tenido la oportunidad de ver este documental en España y me lo encuentro precisamente en uno de los países en que ha sido filmado. Las escenas y testimonios son duros y pertinentes (mejores los de la política paraguaya o el activista peruano que los de la fiscal y los policias españoles). Sobre todo los que cuentan las propias chicas (especialmente la colombiana y la paraguaya). Sin embargo, sobra completamente esa historia intercalada de la ejecutiva que intenta vender a un público (y molestar al público) lo lucrativo y fácil que resulta el negocio de la trata de mujeres. Los subrayados excesivos y las ficciones impertinentes no aportan nada al retrato de un drama que casi se banaliza con esa irónica bofetada al espectador. La película es militante, pero también obvia. Sobre este mismo tema resulta más interesante y perturbadora la mirada de Isabel de Ocampo en Evelyn, una película mucho mejor que esta.