28 de abril de 2017. Centro Niemeyer, Avilés.
El último maestro ruso es Ángel Gutiérrez, un venerado profesor y director de teatro que fue niño de la guerra, actor y director de cine en Rusia y maestro de actores en Madrid con estricta observancia del método Stanislavski. En las vísperas del desahucio del lugar en que desde hace décadas impartía su magisterio, vemos en cuatro actos cómo prepara con sus actores su última obra: El jardín de los cerezos de Chejov.
No sé si Marcos Ordóñez se refería a Ángel Gutiérrez cuando hace unos meses criticaba a los directores despóticos en un emotivo artículo (El mejor de los públicos, El País, 15 de diciembre de 2016 -sobre ese texto preparé un material didáctico que está en la web de Contenedores-). Pero bien pudiera ser él a juzgar por esa veneración trufada de miedo con que hablan de su maestro los actores que aparecen en este documental (Eduardo Noriega, Javier Gutiérrez, Luisa Martín, además de los que trabajan en el montaje de Los cerezos). En todo caso, El último maestro ruso es interesante como reivindicación del teatro y de los actores y como homenaje a la singular biografía de este director que vino de Rusia.