18 de noviembre de 2013. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 51º Festival de Cine de Gijón (sección: Enfants terribles). V.O.S.
Natalia tiene un bebé. Su madre se va de la ciudad y a partir de ahora ella deberá cuidarlo con Kuba, el padre del niño. Son dos adolescentes a los que esa responsabilidad les queda grande. Peligrosamente grande.
Ética versus estética. La película parece plantear ese conflicto, pero esta pareja de adolescentes apenas lo sienten. El monopatín (para él) y las pintas (para ella) son lo más importante. Pretende ser cine edificante que lleva al límite el problema de la responsabilidad, pero en esta historia el bebé tiene más interés por su contraste estético con estos jóvenes alocados que por las dificultades morales que les plantea. La directora quizá quiera emular al cine de Ken Loach pero le ha salido algo más parecido a (lo mejor de) Almodovar: vida y color. La proyección fue bastante especial. Por primera vez la sección Enfants terribles del Festival de Gijón viene a Avilés. Las casi mil butacas del auditorio del Niemeyer se han llenado hoy (y seguramente se llenarán mañana) con alumnos de los institutos de la comarca. Ver una película poco convencional, escucharla en polaco mientras se leen los subtítulos en castellano (o en inglés), asistir al coloquio con la actriz tras la proyección y participar en la decisión de los premios dando una puntuación a la película a la salida, es aprender a vivir la experiencia de un festival internacional de cine. Y creo que les ha encantado. Algunos nos hemos empeñado en que esto sea posible también en Avilés. Y que lo de este año sea solo un precedente.