16 de noviembre de 2013. Cines Centro, 51º Festival de Cine de Gijón (sección: gran angular)
Junior está empeñado en alisar su pelo malo para ser como los cantantes. Pero su madre no le deja. Ni le toca. Ni parece quererle. Al contrario que al bebé. Quizá los dos hermanos no sean del mismo padre. Quizá por eso la abuela se ofrece a quedarse con Junior. Para hacerle cantante. Para que no le maten.
Hay algo oculto que debería explicar los temores de esa madre. Los motivos por los que perdió su trabajo de vigilante que ahora quiere recuperar. Las razones por las que trata de forma tan diferente a sus dos hijos. Las circunstancias de la muerte del padre de Junior. Pero ese misterio queda en un tiempo anterior que no se desvela. Eso añade cierto enigma a una historia que es deliciosa cuando sigue a Junior y a su pequeña amiga, que es turbadora cuando muestra la relación con su madre y que es casi un documental cuando enmarca la vida de esta familia en el tiempo de la enfermedad de Chávez y en el espacio de las colmenas caraqueñas (precioso el cartel de la película y preciosa la escena en que Junior y su amiga juegan casi a La ventana indiscreta desde su balcón). Pelo malo es, por tanto, una interesante mirada a una parte de la intrahistoria reciente de Latinoamérica. Una película grande sobre cosas aparentemente pequeñas.