10 de noviembre de 2013. Parqueastur, Corvera.
El juego de cada mañana consiste en que el padre baja por el ascensor y los niños por la escalera. A ver quién llega antes. Pero esta mañana ellos no llegan. Nadie sabe dónde están. Han sido secuestrados. Y solo hay dos horas para pagar el rescate.
No hay peligro. Es un thriller de angustia llevadera. A una pareja como esa las cosas no le pueden salir demasiado mal. Aunque se estén separando. Y, efectivamente, la jornada acaba bien. Al menos para los niños. Por lo demás, siempre es agradable volver a Buenos Aires para ver a Darín haciendo de Darín mientras Belén Rueda consigue que su personaje interprete bien su papel en este secuestro. Lástima que la ciudad solo salga (casi) en vistas aéreas mientras nosotros no salimos (casi) de unas escaleras y un ascensor. Al final solo me queda una duda sobre la historia de esta española y este argentino que parecen compartir tantos reproches como afectos. ¿Pretenderá ser una metáfora de las relaciones entre nuestros países? Si es así que se reconcilien cuanto antes. Aunque solo sea por el bien de los niños.