10 de abril de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.
Querencias estivales de gentes que saben (o descubren) que sus gustos sexuales son diferentes. Como la que disfruta cuando la asaltan. Como el que solo goza si ella duerme. Como la que necesita que él llore para llegar al orgasmo. Como la que se excita con una tela. O como esa pareja que consigue ser feliz cuando se convierte en un trío.
Dacrifilia, elifilia, somnofilia, harpaxofilia... Palabras raras para describir algunas de las filias eróticas que inspiran esta comedia sexual de verano que es algo más que eso. Kiki tiene la frescura y la naturalidad a que nos tiene acostumbrados Paco León, pero no es solo una serie de relatos breves sobre gentes con gustos sexuales curiosos. De hecho, el subtítulo apunta oportunamente que la cosa va del amor y no solo del sexo. Las interpretaciones de todos los actores son estupendas. Las historias rezuman alegría y hedonismo. Y, aunque son muy diferentes, en general se van hilvanando bastante bien hasta ese final en que todos parecen coincidir en un baile dichoso. Tras la sorpresa que supusieron sus dos películas anteriores está claro que Paco León tiene cosas que contar y que sabe hacerlo. La historia no es de él (está inspirada en The Little Death de Josh Lawson) pero tiene ese estilo suyo siempre atento a captar con frescura la manera de vivir de algunas de las buenas gentes de este país.