27 de mayo de 2017. Casa de la Cultura, XVI Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.
Una mirada retrospectiva a la figura de Julián Orbón. Es el subtítulo de este documental que se estrena esta noche en la apertura del XVI Festival de Cortometrajes de Avilés y que reivindica a un hombre que hizo muchas más cosas que añadir la letra de José Martí a ese himno cubano que es Guantanamera. Aunque aquí no sabemos mucho sobre él, el apellido de su padre y de su tío da nombre a nuestra preciosa plaza de abastos y el Conservatorio de Música lleva precisamente el nombre de Julian Orbón, aquel joven que en 1942 dejó nuestra ciudad para forjar en América una vida dedicada a la música.
Declaraciones desde Avilés, La Habana, México DF, Nueva York y Miami sobre aquel músico cuya trayectoria seguramente fue más relevante que su recuerdo. Hablan quienes lo conocieron y lo quisieron, como las sobrinas de García Lorca que coincidieron muchos años con él en Nueva York. También hablan otros que no lo conocieron como Alicia Alonso, Paquito D'Rivera, Pablo Milanés, Jorge Pardo y hasta Diego El Cigala. Seguramente porque a quien conocen es a Armando Orbón, sobrino del músico que, con Fran Vaquero, es el artífice de la película (de hecho, al comienzo del coloquio dijeron que con la presencia de esos famosos querían que el documental resultara más vendible). También hablan sobre Julián Orbón musicólogos de acá y de allá, familiares del músico y hasta la alcaldesa de Avilés. Sin embargo, está preocupación por quiénes debían salir en el documental hace que se postergue lo más importante: hacer que responda a su subtítulo y nos permita conocer la obra y la vida de un músico que fue tan cubano y americano como avilesino. Del coloquio, mejor no hablar. No fue uno de esos días en los que una película menor se hace más interesante por lo que de ella dicen los que la hicieron.