23 de octubre de 2018. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Brady ha sufrido un grave accidente en un rodeo. Se ha fracturado el cráneo y le han quedado secuelas importantes, así que no debería volver a montar. Pero esa es su vida y se le hace muy difícil dejar los caballos.
Pasión y compasión. De eso trata esta magnífica película sobre un joven lleno de delicaleza con sus caballos y de ternura con su gente. La película parece que va a tratar de masculinidades rudas que se las ven con los broncos (así llaman a los caballos indómitos en Dakota del Sur) y de lo que le pasa a un vaquero que tiene que dejar de serlo. Pero casi más que de la renuncia a una pasión, The rider trata de la compasión. La que Brady siente por el amigo que quedó parapléjico y al que visita y acompaña con un cariño infinito. La que también siente por la hermana adolescente que es como un ángel con mente de niña. Y la que le une a su padre cuando, en el momento de sacrificar al caballo malherido, le pide que le silbe mientras se aleja para que el cariño sea lo último que sienta el animal. Brady Jandreau está magnífico en el papel protagonista de una película que debería dejar tanta huella en el imaginario sobre los vaqueros americanos como la que en su momento dejó Brokeback Mountain. Seguramente Chloé Zhao no llegará a tener tanto éxito, pero no lo merece menos que Ang Lee.