de Paolo Sorrentino. Italia, 2024. 136’.
27 de septiembre de 2024. Cines Principe, 72º Festival de San Sebastián (sección Perlak). V.O.S.
En 1950 nace Parthenope en el seno de una familia de la alta burguesía napolitana. Será una niña, una joven y una mujer libre, guapa e independiente que fascina y enamora a todos, pero no se ata a nadie. Es curiosa, inteligente y vive feliz en Nápoles disfrutando también de los veranos en Capri. Le interesa la antropología, la belleza, el amor, el arte y hasta el milagro de San Genaro.
Barroca, grandiosa, parsimoniosa, luminosa, melancólica, mediterránea, estival y vital. Así es Parthenope, una película radicalmente sorrentiniana. En lo formal casi tanto como La gran belleza o La juventud. Sin embargo, no llega a tener su hondura ni su cadencia. Hay ironías y frases ingeniosas, pero la historia no tiene ese aliento que nos hacía conscientes de estar viendo películas memorables que uno quisiera que no acabaran nunca. Así que Parthenope fascina y defrauda. Casi por igual.