28 de junio de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Fatima es una inmigrante que no habla bien francés. Sus hijas sí. La mayor quiere ser médica y es buena y estudiosa. La pequeña está en el instituto y es vaga y respondona. Una está orgullosa de la abnegación de su madre. La otra se avergüenza de que sea limpiadora y se mate a trabajar.
Las bondades de la cultura del esfuerzo. Sobre todo para los pobres, para los que no nacieron con posibles. La madre es humilde pero muy digna (y hasta poeta). La hija es responsable y estudia mucho para labrarse un porvenir. El contrapunto de la hermana mala y de los franceses que tientan o distraen a la chica buena completan este retrato tópico y algo maniqueo sobre dos generaciones de inmigrantes musulmanas.