13 de junio de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.
El buen médico de la campiña es Jean-Pierre, un hombre maduro que acaba de saber que tiene un cáncer pero no quiere abandonar su trabajo. Para ayudarle le envían a Nathalie, una médica que aprenderá con él la pasión por la medicina rural.
Una historia sencilla y comprometida. Con la gente del campo y con la profesión médica. Jean-Pierre no es un técnico, ni un burócrata, ni un funcionario de la salud. Es un médico que sabe la responsabilidad que tiene con sus pacientes. Derivar no es un verbo que conjugue a la primera. De hecho, le ha prometido a su paciente más veterano que nunca lo derivará a un hospital. El encuentro con Nathalie tiene algo de cruce entre quien parece estar a punto de hacer su testamento profesional y quien parece iniciarse en las mejores prácticas de la atención primaria. Pero también es un cruce humano que hace muy grata la película. Aunque está a punto de ser también una historia de amor, Thomas Lilti ha querido regalarle a la profesión medica un hermosa reivindicación de su papel en el mundo rural.