6 de junio de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.
Retrato interior de Podemos. Desde el congreso constituyente de Vistalegre hasta las (primeras) elecciones generales. Asistimos desde muy cerca a los actos públicos, a las reuniones internas y a las reflexiones ante la cámara de los líderes de un partido dispuesto a asaltar el cielo con las alas del 15M.
Quizá llegue a ser un documento político de relevancia histórica. Pero no a la manera de los informes de Portabella. La cámara de León de Aranoa se pone al servicio de una causa que no tiene miedo a los medios, que no oculta lo que hace y que expresa (al menos para el público de esta película) lo que piensa sobre la identidad, los propósitos y las estrategias de una fuerza política con nombre de verbo en primera persona de plural. Somos y Ganemos. Así se llaman las candidaturas municipales con las que los movimientos surgidos tras el 15M llegaron al ayuntamiento de mi ciudad. Somos tiene en él más presencia que Ganemos. En esta película es al revés. La voluntad de poder hace que ante nuestros ojos se vaya reconfigurando la identidad de Podemos en esos quince meses que nos muestra esta apasionante película que por momentos me recuerda a Birdman de Iñárritu. Y no solo por esa magnífica batería que acompaña y puntúa las imágenes. También porque acompañamos entre bambalinas y durante un tiempo tasado a un actor singular que también aspira a volar. En Podemos los gestos son muy importantes. Y en esta película los vemos en cada plano. Pero también las palabras, las estrategias y las reflexiones metapolíticas (y da gusto escuchar las de Errejón y Monedero). Así que son casi dos horas fascinantes que uno quisiera que continuaran retratando lo que ha sucedido en los últimos meses. ¿Lo habrá filmado León de Aranoa? ¿Cuánto hay de Somos y cuanto de Ganemos en las jugadas que Pablo Iglesias y su gente han librado desde diciembre? ¿Nos llevarán al cielo o, como dice José Luis García Martín, acabarán apuntalando a la derecha? ¿Harán útil la representación que logren o la usarán solo para fomentar el cainismo que les caracteriza por aquí? Me temo que habrá que esperar a que pase un tiempo para saberlo. Quizá como Portabella, León de Aranoa se anime más adelante a mostrárnoslo. Y ojalá lo haga tan bien como lo ha hecho ahora.