15 de febrero de 2018. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Un taxista que lleva a un hombre a un hotel y luego termina en un teatro. Un ejecutivo que se toma una copa y se acuesta de forma imprevista con una mujer. Un desalmado que la secuestra y maltrata. Un hombre que piensa matar a su perro pero termina matando al secuestrador y violándola a ella. Una madre y un hijo en una gasolinera. Y el público de un teatro que lo está viendo todo. Y un padre y su hijo que también lo ven en una pantalla. Como si todo fuera un videojuego.
Parecen cortos poderosos sobre historias levemente encadenadas. Andres Goteira tiene un gran pulso narrativo y con unos actores espléndidos consigue que todo lo que cuenta resulte de interés. A mi me gustan más las primeras historias. Las de La Coruña nocturna me parecen más originales que las filmadas en Almería. Pero todas están a un gran nivel. Si acaso me parece excesiva la voluntad de estilo que supone intercalar imágenes de un público que observaría las historias y la extrañeza formal que supone ese final que parece reinterpretar la película como un videojuego. En todo caso Dhogs es una grata sorpresa por partes y en conjunto. Una rareza gallega que da gusto ver.