14 de febrero de 2018. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
La vida de Regina no es fácil. Tampoco la de su hijo Andrew. Aunque es muy responsable y cariñoso con su hermana pequeña, a sus catorce años ya ha tenido problemas con la justicia y Regina teme que pueda seguir el camino de su padre que está en la cárcel desde hace tiempo. La aparición de un hombre en la vida de ella desestabilizará aún más la relación entre los dos.
Un retrato áspero de una familia negra americana. Impecable en su contención, sobresaliente en el trabajo de sus actores y perfecto en la cadencia con que se van sucediendo escenas y situaciones. La tenacidad es femenina y el riesgo masculino en esta magnífica historia con la que Antonio Méndez Esparza mejora notablemente su anterior Aquí y allá. Dos cartas sinceras demuestran lo mucho que un padre y una madre pueden hacer por un hijo al que quieren pero no saben cómo decírselo. Dos escenas de blancos (el padre de familia que interpela a Andrew en el parque y los policías que lo detienen después) demuestran el estigma que supone ser joven y negro en América. Y dos referencias a los nuevos tiempos de Trump enmarcan una historia que siendo particular también resulta representativa de las dificultades que sufren millones de personas allí. La vida y nada más es una magnífica historia americana. Y una excelente película del mejor cine español.