23 de septiembre de 2018. Casa de la Cultura, I Festival Internacional de Cine sobre Patrimonio Industrial y Paisajes Culturales, Avilés. V.O.S.
La directora quiere hacer una película sobre su padre y con su padre. Él tiene buenos recuerdos de los tiempos de la dictadura en los que era un ingeniero que dirigía grandes obras públicas y sentía que su trabajo formada parte de un proyecto ilusionante para Brasil. Ella reniega de todo aquello y, a diferencia de su padre, no puede soportar lo que esta pasando con Lula y con Dilma Rousseff. Las tensas conversaciones en casa son muy distintas a las del final de la película, cuando los dos viajan para filmar algunos de los puentes que él construyó.
Una película que empieza explicando lo que significa en guaraní Itaipú y nos muestra viejas imágenes de las siete cascadas que quedaron sumergidas bajo sus aguas ya me tiene ganado desde el primer minuto. Pero no me pierde mi cariño por esos lugares. Heloisa Passos ha conseguido componer un documental delicioso y equilibradísimo exponiéndose mucho ante nosotros. Ella es progresista y su padre derechoso. Ella es artista y él no entiende más progreso que el económico. Sin embargo, es ella la que queda malparada cuando discute agriamente con ese hombre mayor que siempre se muestra flemático. Así que hay mucho riesgo, mucha honestidad y mucho buen hacer en esta estupenda película que nos habla de puentes, de obras, de paisajes y de política. Pero también de la obra que es cualquier vida, de la política que siempre impregna a cualquier familia y de la necesidad de reconstruir puentes entre generaciones. Con un final triple y un epílogo perfecto Construindo pontes es una joya que por si sola ya justifica un festival. Remember, thou art clay de David Heinemann y Elvina Nevardauskaite fue el corto lituano que precedió a esta estupenda proyección. Apenas nueve minutos con una serie de imágenes en clave poética en la que el barro es metáfora además de materia.