25 de octubre de 2013. Teatro Calderón, 58º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial).
Un hombre amargado que trabaja en una planta petrolífera recibe la llamada de un viejo amigo. Le pide que vaya a Ushuaia para ayudarle unos días con su negocio. Pero serán los últimos días de su amigo. El encargo se transforma en el de ayudar a la viuda y las hijas a superar el duelo. Y también su propia amargura.
Como en No sos vos soy yo Diego Peretti encarna a un hombre a la deriva. Allí, en tono de agradable comedia, era un amante abandonado en Buenos Aires. Aquí es un viudo que vive su dolor en los confines australes. Los primeros segundos de la película (la secuencia en que el protagonista pasa de largo ante un accidente de tráfico) son toda una lección de cómo mostrar un carácter. Los últimos (la del abrazo entre los cuatro mientras suena Towards the Sun de Alexi Murduch) dejan, sin embargo, la impresión de que ese hosco personaje (y también ellas) se ha reconstruido demasiado pronto. El corazón mueve la hiel. Esta podría ser la tesis de la película. Pero el personaje de Peretti destila demasiada para suponer que en solo unos días los corazones de esta historia (el que él tiene partido, el que le falla a su amigo, el dibujado en una pizarra, los del duelo de ellas...) consiguen disolverla. Primera película de las que veremos hoy y mañana en estas últimas jornadas de la Seminci de Valladolid. Aunque esta historia argentina con aires de cine independiente norteamericano no es despreciable, seguramente no estará entre lo mejor de la sección oficial.