3 de diciembre de 2017. Centro Niemeyer, Avilés, V.O.S.
Jorge de Sena desde América y Sophia de Mello desde Portugal. Veinte años de exilio y correspondencias entre estos dos amigos poetas. Escuchamos sus versos y sus cartas mientras vemos imágenes sugerentes pero también muy elusivas.
El referente más reciente es Cartas de la guerra de Ivo Ferreira sobre textos de Lobo Antunes. Pero en aquella película la relación entre las imágenes y los textos era, además de elegante, bastante inteligible y siempre coherente. Aquí no es así. La poesía es más que juntar versos sonoros y el cine requiere algo más que añadirles imágenes sugerentes. En Correspondencias no está claro cuál es el dispositivo por el que se apuesta. Eso que en el cine viene a ser el equivalente a la métrica, el ritmo y la armonía que caracteriza a un poema o a un poemario. Entiendo que la película les dirá más a los lectores de Jorge de Sena, pero no ayuda al conocimiento de su obra que quienes no la conocíamos encontremos más interesantes sus cartas con Sophia que esos poemas tan enfáticamente leídos o recitados por unas personas (o personajes) que no acabamos de saber qué pintan en esta película.