4 de diciembre de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.
Cuatro parejas han quedado para cenar. Para no aburrirse deciden poner sus móviles en medio de la mesa y hacer públicos todos los mensajes y llamadas que vayan recibiendo. Nada menos.
Alex de la Iglesia adapta a nuestro contexto esta historia italiana que dirigió Paolo Genovese y que, con mimbres tan agradecidos como unas parejas en equilibrio inestable y unos móviles cargados de secretos, solo podía terminar bien para el espectador (o sea, muy mal para los personajes). El ritmo de los diálogos es tan trepidante como el del último teatro argentino. La cámara los acompaña con la misma frescura inteligente con que estos buenos amigos se van haciendo daño en esa noche de eclipse. Así que resulta deliciosa esta hora y media impagable en que (sin que nadie mire nuestros móviles) compartimos mesa y mantel con este grupo de imprudentes. Me temo que una idea tan peligrosa como esta dará bastante juego (y bastante miedo) en muchas cenas españolas a partir de ahora.