28 de diciembre de 2017. Centro Niemeyer, Avilés, V.O.S.
Una mujer embarazada recibe instrucciones vengativas. De la hija que aún no ha nacido. De asesinar a las seis personas que estuvieron unidas por una cuerda con el que iba a ser su padre.
Alice Lowe hace un gran trabajo como gestante desquiciada y como directora atrevida de esta singular película que se aleja de cualquier tópico sobre el estado de buena esperanza. Aquí la asesina es nada menos que una mujer embarazada y quien decide sobre las víctimas es esa hija que le habla desde el vientre. Cada escena preparatoria para esta serie de crímenes es un microrrelato en el que se perfila magníficamente cada uno de los personajes que estuvieron unidos por una cuerda en aquel acantilado en que la mujer perdió a su amor y la futura hija a su padre. Las venganzas parecen absurdas y aleatorias al principio, pero alcanzan un sentido perfecto en la escena en que, disfrazada de muerte, la gestante encuentra a quien seguramente cortó aquella cuerda y encuentra también un motivo para no lamentarlo. Es un momento decisivo que se funde con el de la cesárea en que, a la vez que el umbilical, se corta también el cordón del relato que presentaba como transitivos todos los crímenes. Así que, con esta asesina subrogada, Prevenge nos propone un inquietante ajuste de cuentas con ese primer tópico de la maternidad que es la gestación mitificada. Además, consigue tomar distancia de ese otro tópico del cine de terror que encuentra en los vientres femeninos lugares muy propicios para los demonios y los aliens. Así que, aunque el género no me atrae, reconozco que Alice Lowe ha hecho un gran trabajo como actriz y como autora de esta historia perturbadora y bien contada.