28 de mayo de 2020. Festival DocsBarcelona. Filmin, Avilés.
481 escuelas e institutos catalanes decidieron participar entre 2016 y 2019 en el proyecto Escola Nova 21, una red por el cambio educativo que pretende demostrar que otra escuela es posible y generar un impulso compartido para hacerla real en el conjunto de la red escolar. El proyecto no es vertical, tampoco se enfrenta a la administración educativa. Más bien pretende generar las condiciones para la superación de esas inercias que impiden que sean mayoritarias otras formas de educar.
Quien lea mi blog de educación intuirá mi afinidad con los planteamientos educativos recogidos en este documental que se estrena en esta edición del DocsBarcelona. Durante este curso he coordinado un grupo de trabajo sobre competencias educativas cuyas reuniones quedaron truncadas por el confinamiento. Así que en estos dos últimos meses organizamos unos ciclos de cine de temática educativa con foros sobre cada película en la sala de profesores virtual del campus Moodle de nuestro centro. No ha sido lo mismo que reunirnos en el instituto o ver juntos las películas en una sala pero, a juzgar por los comentarios en los foros, la experiencia no ha estado nada mal. Conducta de Ernesto Daranas, La hora de los deberes de Ludovic Vieuille, Piratas y libélulas de Isabel de Ocampo, Cinco días para bailar de Rafael Molés y Pepe Andreu, Bienvenidos de Javier Fesser y La educación prohibida de Germán Doin fueron las seis películas vistas y comentadas en estas últimas semanas. Y creo que han tenido más relevancia para la sensibilización y formación docente que muchas charlas o seminarios. Algo de eso comentaba hace algún tiempo en un artículo que titulé Los ojos de la escuela donde proponía sustituir el tedio y la inutilidad de tantas reuniones de claustros por el visionado de películas como esas. Y en estos días en que hasta las evaluaciones se hacen con ventanas digitales que secuestran nuestros apellidos (ya escribiré sobre eso) no estaría mal que, siguiendo el ejemplo del Teatro de la Abadía, los docentes confinados viéramos más teatro y más cine. Por ejemplo, La nova escola. Las lecciones que de ella se pueden sacar tienen mucho que ver con cosas de las que hablo muchas veces. Que hay que superar la disciplina de las disciplinas, que el centro debe estar siempre en el centro o que para recuperar el alma del aula hay que trascender sus paredes.