sábado, 23 de noviembre de 2019

Vitalina Varela

de Pedro Costa. Portugal, 2019. 124’.
23 de noviembre de 2019. Cines Yelmo, 57º Festival de Cine de Gijón (Sección oficial). V.O.S.

Vitalina Varela llega a Lisboa tres días después del fineral de su marido. Hace décadas que esperaba hacer este viaje desde Cabo Verde. Ahora ocupará la chabola en que vivía su marido como emigrante poco afortunado en Portugal.

Retrato cercano del duelo de una mujer formidable. Un personaje poderoso que evoca un pasado de anhelos y tristezas en Cabo Verde y Portugal. Una reflexión sobre la marginalidad del lumpen de los marginados en un país situado en los márgenes del Europa. Excepto la luminosa escena del final en el cementerio, la película se desarrolla en espacios nocturnos e interiores (incluso cuando no lo son). Bellamente iluminadas y compuestas, sus escenas son como estampas que tienen la belleza áspera  de los claroscuros tenebristas. Vitalina Varela es visualmente pictórica y con maneras más teatrales que cinematográficas. Sus textos, entre poéticos y oníricos, evocan más que muestran y eluden más que explican. Cuando comienza la proyección ya sabemos que la película ha sido la ganadora de esta edición del festival. No sé si el jurado la habría elegido si su autor no fuera Pedro Costa ni tampoco tengo claro si al seleccionarla no se estará premiando a si mismo reconociendo el valor de una obra que antes se consagró en Locarno. En todo caso, me alegra haber podido verla en este festival y mejorar así la imagen que tenía de este director cuando vi su extraña aportación a Centro Histórico, aquella espléndida película en la que compartía metraje nada menos que con Manoel de Oliveira y con Víctor Erice.