de Ezequiel Radusky. Argentina, 2019. 78’.
14 de noviembre de 2020. 46º Edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (sección oficial). Filmin.
Una joya argentina que, incluso en los contrastes, haría un díptico perfecto con 36 horas, la magnífica película de Néstor Mazzini que vimos el año pasado en la Seminci. Planta permanente es una historia aparentemente mínima pero con alcances máximos. Es un estupendo retrato de una comunidad laboral del sector público, de los cambios en las lógicas de dirección, de las dificultades de los jóvenes para acceder a los empleos fijos (ese es el sentido del título) y, aún más importante, de lo mucho que se pierde cuando los incidentes laborales afectan a las relaciones familiares o a la amistad. Además de todo eso, Planta permanente es una nueva muestra del grandísimo nivel de los directores argentinos y de que los intérpretes de aquel país son extraordinarios. No hay más que ver el magnífico trabajo de Liliana Juárez, que bien merece ser premiado, y de todos los demás. Así que da gusto poder estar en el festival de Huelva y ver películas tan buenas como esta.