18 de noviembre de 2012. Cines Centro, 50º Festival de Cine de Gijón (sección: Amir Naderi). V.O.S.
George es un periodista que ha perdido su empleo y tiene un día para evitar el desahucio. Tranquiliza por teléfono a su mujer y sale a las calles a buscar el dinero que le falta para que puedan seguir en la casa. Con su agenda recorre Manhattan buscando amigos que puedan ayudarle. Especialmente a Tom Ryan, de quien no sabe nada desde hace tiempo y cuya búsqueda infructuosa le lleva a conocer el lumpen en el que habitan quienes ya lo han perdido todo. La jornada avanza y su desquiciamiento crece a medida que se acerca al sur de Manhattan, a una calle con nombre de muro.
Números de calles y números de teléfonos en la agenda de George configuran el desgarrado Manhattan que Amir Naderi nos muestra siguiendo su periplo. Sin el periodista desquiciado a punto de ser desahuciado, la película ya sería un fascinante documental sobre un invierno triste en la ciudad más cinematográfica del mundo. Pero siguiendo la busqueda de George, especialmente la de ese Ryan que parece imposible salvar, la película se convierte en un diáfano y desconsolado testimonio del presente. Del presente de 1993, pero también del de casi veinte años después. De no ser porque no hay teléfonos móviles en su película, parecería que Amir Naderi la estrena hoy en Gijón y que el toro de Wall Street al que se enfrenta George al final de la historia es el mismo que nos desafía a nosotros en estos tiempos inciertos. Aunque no estaba previsto, Amir Naderi tuvo el detalle de venir a la sala y comentarnos su trayectoria vital (Irán, Nueva York, Las Vegas y ahora Tokio) antes empezar la película. Luego se quedó a verla dos filas detrás de nosotros y saludó amablemente al público a la salida. El aplauso fue bien merecido. Parece un gran tipo este buen director.
Números de calles y números de teléfonos en la agenda de George configuran el desgarrado Manhattan que Amir Naderi nos muestra siguiendo su periplo. Sin el periodista desquiciado a punto de ser desahuciado, la película ya sería un fascinante documental sobre un invierno triste en la ciudad más cinematográfica del mundo. Pero siguiendo la busqueda de George, especialmente la de ese Ryan que parece imposible salvar, la película se convierte en un diáfano y desconsolado testimonio del presente. Del presente de 1993, pero también del de casi veinte años después. De no ser porque no hay teléfonos móviles en su película, parecería que Amir Naderi la estrena hoy en Gijón y que el toro de Wall Street al que se enfrenta George al final de la historia es el mismo que nos desafía a nosotros en estos tiempos inciertos. Aunque no estaba previsto, Amir Naderi tuvo el detalle de venir a la sala y comentarnos su trayectoria vital (Irán, Nueva York, Las Vegas y ahora Tokio) antes empezar la película. Luego se quedó a verla dos filas detrás de nosotros y saludó amablemente al público a la salida. El aplauso fue bien merecido. Parece un gran tipo este buen director.