9 de diciembre de 2016. Cine Renoir Princesa, Madrid. V.O.S.
Imágenes de los tremendos desahucios madrileños, del sufrimiento y la violencia policial en la valla de Melilla y de la vida deshumanizada de una sociedad avanzada como Japón. Todo ello glosado por las palabras lúcidas y casi poéticas de José Mujica.
Ha ganado el premio al mejor documental en la Seminci y acaba de estar en el festival de Gijón, pero no había podido verlo hasta esta noche en que inesperadamente ha contado con la presentación del propio director. Las imágenes del monte Gurugú y de la valla son tremendas, como también las de los desahucios desde dentro (a la manera de las de Cerca de tu casa, pero reales). También emocionan esos instantes sobrecogedores de los niños llorando tras un desembarco seguramente en una isla griega (casi estoy seguro de que corresponden al impresionante trabajo de Javier Bauluz sobre los refugiados sirios que estuvo este verano en el Niemeyer). Sin embargo, a mi juicio, está completamente de más la parte japonesa. Ni las imágenes (un remedo menor de Koyaanisqatsi) ni los testimonios de quienes reniegan allí de la deshumanización de sus vidas aportan nada que no diga mucho mejor Pepe Mujica. Por otra parte, los subrayados musicales restan más que suman a una película que, con menos música y limitada a las imágenes más radicales y a las palabras del expresidente uruguayo, habría sido algo más corta pero mucho mejor.