30 de diciembre de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.
La que vuelve a casa es Stéphanie, una arquitecta que acaba de perder su trabajo y a la que le parece raro el comportamiento de su madre. En la cena del viernes quiere hablarlo con sus hermanos. Justo cuando la madre viuda querría presentarles al hombre que desde hace tiempo es su amante.
El buen recuerdo de Barbacoa de amigos (la anterior película de Lavaine sobre un hombre que al cumplir los cincuenta y sufrir un infarto decide dejar de llevar una vida saludable y ser sincero con sus amigos) nos animó a ver esta comedia en femenino plural. Pero parece que a Lavaine se le dan mejor las tramas masculinas que las de esta familia que tiene conversaciones más pensadas para el público que para los personajes. Así que con esta comedia francesa menor (¿valga la redundancia?) terminamos un año de cine en el que hemos visto cosas muchísimo mejores.