17 de noviembre de 2017. Centro Municipal Integrado Pumarín, 55º Festival de Cine de Gijón (sección: rellumes). V.O.S.
Un hombre cría peces en unos estanques en el campo. Agobiado por las deudas parece que la única salida que le queda es pagar sobornos y perder su integridad. Sin embargo, él se resiste a hacerlo y las cosas cada vez le van peor. Su mujer es directora de un colegio y le apoya, pero la situación se va haciendo insoportable. Sobre todo por la presión a la que le somete un entorno que quiere que se vaya del lugar. Tras pasar por la cárcel y sufrir la destrucción de su pequeño negocio buscará otra salida. Una que le llevará a la cumbre del entramado mafioso.
La película comienza como un relato de alta intensidad moral del estilo de los que nos regala frecuentemente el cine iraní. Pero, poco a poco va escorando hacia un thriller que me interesa bastante menos. Algo que ya sucedía en Manuscripts don't burn, la anterior película de Rasoulof que vimos en este mismo festival hace tres años. Por lo demás, el gesto amargo y hierático del protagonista, que no cambia en toda la historia, no consigue transmitirme la intensidad que supuestamente debería percibir en la historia. Me hubiera gustado más que la película fuera menos truculenta y se centrara en las vivencias de esa familia acosada. Creo que ahí había otra historia mucho más interesante.