11 de noviembre de 2017. Cines Ocimax, Gijón.
En un pueblo costero inglés una viuda tenaz consigue abrir una librería. Tiene en contra a la gente bien del lugar, así que su éxito inicial no durará mucho.
Bien british. Todo un repertorio de gestos y ademanes de la Inglaterra de mediados del siglo pasado. Pero nada más. Solo unos personajes bien interpretados pero construidos de forma simple y maniquea en una historia demasiado esquemática. Eso y la esperable elegancia en encuadres y ambientes es lo que encuentro en la primera película en que Isabel Coixet me defrauda. Las librerías suelen ser lugares deliciosos y, aunque difícil, es estupendo que se abran en los pueblos. Pero esa idea no puede ser el principal valor de una historia. En el caso de esta quizá haya otro añadido: el de suponer que si el pueblo y los personajes son ingleses (y los actores también) la cosa será mejor. Si en vez de llamarse The Old House Bookshop y estar en la costa inglesa, la viuda fuera de Murcia y su negocio fuera La Librería de la Casa Vieja me temo que las críticas serían diferentes.