domingo, 30 de marzo de 2014

El gran hotel Budapest

de Wes Anderson. EE.UU., 2014. 99’. 
30 de marzo de 2014. Cines Centro, Gijón.

Tres preámbulos para un relato. Una chica se acerca a una estatua. Un escritor narra un encuentro en un viejo hotel. Y su dueño rememora peripecias juveniles con un singular conserje que hereda un valioso cuadro. La historia se ubica en un país imaginario de la Europa oriental en el tiempo en que los viejos hoteles eran jóvenes y las grandes guerras inminentes.

¿Qué tienen en común Amelie, La vida de Pi o The Grandmaster? Aparentemente nada. Pero las atmósferas que crean sus imágenes son tan poderosas que atrapan incluso a quienes no les dicen nada esas historias. Eso es lo que me pasa con El gran hotel Budapest. Aunque las escenas preambulares y las de los epílogos están hechas en formato panorámico, Wes Anderson utiliza para el relato principal un 4:3 con el que compone unos planos obsesivamente simétricos en los que se hacen muy notorias la profundidad de los escenarios y la ubicación central del punto de fuga. Así consigue unas imágenes singularmente pregnantes.  Lo que cuenta tiene algo de historicismo mágico y, aunque no acabo de tener claro si su público natural es adulto o juvenil, la sorpresa visual que me había causado su trailer no decae en esta hora y media de imágenes juguetonamente perfectas.

jueves, 27 de marzo de 2014

Leviathan

de Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel. Reino Unido, 2012. 87’.
27 de marzo de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.

Agua, hierro, sangre y ruido. De noche y de día. En alta mar. Una máquina infernal que lanza y saca redes. Que engulle peces y expulsa despojos. Un leviatán.

Planos muy cortos en escenas muy largas. La cámara entra y sale del agua. Nuestra perspectiva pudiera ser la de peces capturados por esos seres de pieles ásperas que decapitan, descuartizan y tiran al mar restos que anhelan las gaviotas. Uno de ellos se va quedando dormido mientras mira una pantalla. Y casi le envidiamos. Él debe estar acostumbrado al ruido de su leviatán. Nosotros no. Nosotros queremos salir del cine. Y no comer pescado.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Otel·lo

de Hammudi Al-Rahmoun Font. España, 2012. 69’.
26 de marzo de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Ann y Youcef son una pareja en la vida real que hacen de Otelo y Desdémona en varias escenas de una película. También las de celos e infidelidades. El director saca el mayor partido de esos actores noveles haciendo que lleguen a sentir lo que han de interpretar. Las escenas de la filmación de esa película se intercalan con sus respuestas a las comprometidas preguntas del casting.

Un psicodrama que lleva la tensión al límite. Una reflexión (¿deontológica?) sobre la dirección de actores. El formato parece un documental sobre la realización de una película. De hecho, parece impúdico ver la manera en que un director es capaz de destruir a una pareja real para conseguir una interpretación ideal. Uno llega a pensar que lo que está viendo quizá no sea una ficción. Por fortuna, los últimos planos del casting desvelan que lo era. Eso tranquiliza. Y añade aún más mérito a un director y unos actores que con tan pocos medios han conseguido tanto. Entre este Otel·lo y el Casting que también vi aquí hace tres semanas hay curiosas simetrías. Las dos son excelentes películas sobre actores dentro y fuera de escena.  Las dos comparten una mirada autorreferencial sobre el cine español más joven. Y las dos demuestran el buen hacer de unos actores y unos directores que merecen ser reconocidos.

Elisa K

de Judith Colell y Jordi Cadena. España, 2010. 71.
26 de marzo de 2014. Hospital San Agustín, Avilés.

Un amigo del padre de Elisa la violó cuando tenía once años. Tendrán que pasar catorce hasta que ella recuerde y comprenda lo que sucedió aquella tarde.

Una voz va contando la historia de la Elisa niña. Como si fueran viñetas de un cómic, los planos fijos de los personajes parecen solo ilustrar el relato. Pero a partir de la repentina anámnesis de la Elisa joven la voz desaparece y una cámara más subjetiva nos hace sentir lo mucho que la desestabiliza ese descubrimiento. El episodio de la violación vespertina se describe con una elegancia que parece emular al Víctor Erice de Alumbramiento. Sin embargo, la forma en que se plantea aquella agresión parece poco verosímil. Como el extraño olvido de un suceso así por una niña que ya es casi una adolescente. Eso se comentó en el interesante coloquio que siguió a la película. Ver cine en el salón de actos de un hospital resulta algo nuevo. E interesante. El Comité de Ética para la Atención Sanitaria del Área de Avilés ha organizado esta proyección/encuentro que ha contado con la presencia de un buen número de profesionales sanitarios. Una experiencia interesante que ojalá se repita.

martes, 25 de marzo de 2014

Dallas Buyers Club

de Jean-Marc Vallée. EE.UU., 2013. 117’. 
25 de marzo de 2014. Cines los Prados, Oviedo.

Ron Woodroof es un electricista tejano que tiene claras sus prioridades: los rodeos, las mujeres y las drogas. Y también sus fobias: los homosexuales. Pero descubre que tiene sida y su vida cambia. Rechaza los tratamientos con AZT y busca otros alternativos. Hasta convertirse en el líder de uno de los clubes de compradores de fármacos que en los años ochenta trataban su enfermedad fuera de la medicina oficial.

El american way of live convertido en american way of health. El self-medicated man como trasunto del self-made man. Si la película tratara de educación convertiría en heroicos a los homeschoolers. Si fuera sobre la primera infancia defendería no vacunar. Y si abordara la cuestión de las armas estaría con Charlton Heston. Quizá esto último no. Eso desvelaría sus querencias republicanas y su juego está, más bien, en el maniqueismo y en lo políticamente correcto (la FDA persiguiendo a nuestro héroe, las farmacéuticas utilizando a los enfermos, la médica buena enfrentándose al médico malo...) La clave está en renegar de lo oficial y reivindicar al individuo libérrimo. Ese américano arquetípico con ideas claras y carácter indómito. Un ser que transita rápidamente de la homofobia más asquerosa a la defensa violenta del amigo travesti. En cuanto a Matthew McConaughey, ganar un óscar solo por haber adelgazado quiza sea tan malo para su carrera cinematográfica como para su salud. El actorazo de Killer Joe o Mud (y hasta el de El lobo de Wall Street) interpreta aquí un papel que no llamaría la atención si el actor elegido fuera de natural delgadito. Por lo demás, reconocer en los títulos de crédito que los tratamientos con AZT han salvado a millones de personas en el mundo no redime a este producto televisivo por el obsceno simplismo con que se acerca al tema.

domingo, 23 de marzo de 2014

Triana pura y pura

de Ricardo Pachón. España, 2013. 73.
23 de marzo de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.

El 28 de febrero de 1983 en el teatro Lope de Vega de Sevilla tuvo lugar una fiesta flamenca irrepetible. La del reencuentro de los gitanos trianeros que fueron expulsados de su barrio a finales de los cincuenta. Las imágenes de aquel espectáculo único son la base de un documental en el que los comentarios de Ricardo Pachón, Matilde Coral, Manuel Molina y Raimundo Amador son toda una lección de flamenco y cultura popular. 

La historia universal de la infamia tiene en los gitanos una de sus víctimas seculares. Y en Triana, en los años cincuenta, uno de sus episodios locales. Ese es el contexto de un documental que convierte la denuncia en reivindicación. En este caso de un documento audiovisual singular sobre aquella fiesta flamenca que juntó en un teatro a artistas reconocidos con otros que solo lo eran en su barrio. Ver tocar, cantar o bailar en esas imágenes gastadas a Pastora la del Pati, Carmen la del Titi, El Herejía, El Titi, Pepa La Calzona, Farruco o Lole Montoya, se hace muy grato con los sabios comentarios de Manuel Molina, Ricardo Pachón, Raimundo Amador y, sobre todo, Matilde Coral, una mujer mayor con conciencia plena de lo que significó aquella amputación para Triana y lo que significaban aquellas gentes para el flamenco.

jueves, 20 de marzo de 2014

2 francos, 40 pesetas

de Carlos Iglesias. España, 2014. 100.
20 de marzo de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.

En 1974 los protagonistas de 1 franco, 14 pesetas regresan a Suiza para celebrar un bautizo. Tres generaciones de españoles haciendo de tales fuera de su país.

La producción asturiana de la película motiva este preestreno que llena el auditorio del Niemeyer. Los resortes de la risa automática saturan un guión en el que la verosimilitud parece menos importante.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Oslo, 31 de agosto

de Joachim Trier. Noruega, 2011. 95’.
19 de marzo de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Anders sale por un día del centro de desintoxicación en el que se está recuperando. Regresa a Oslo para encontrarse con amigos, ir a una entrevista de trabajo y volver a la casa de su familia. Solo unas horas en las que podrá comprobar lo lejos que está su vida de la que había dejado.

El suicidio como preámbulo y probable final. Las drogas como pecado de un tiempo anterior que lastra el presente. Las crisis existenciales como señas de identidad generacionales. Son los temas de esta crónica sobre una jornada difícil en la vida de Anders. De ellos me ha interesado más el tercero, el que muestra que el vacío resulta más angustioso cuando no tiene motivo. Es cine desangelado para cuestiones tan nórdicas como el suicidio y los dramas existenciales.

domingo, 16 de marzo de 2014

La noche de enfrente

de Raúl Ruiz. Chile, 2012. 112.
16 de marzo de 2014. Centro Niemeyer, Avilés. (Circuito de Cine Independiente)

La noche de enfrente es la de la vida de Celso. El viejo oficinista que se jubila. El niño/viejo que habla con piratas (John Silver), músicos (Beethoven) y escritores (Jean Giono). Y el huesped de una pensión que espera la llegada de alguien dispuesto a matarle. Por ejemplo, él mismo.

Premoniciones y evocaciones con el tiempo confundido de una vida que acaba. El relato no resulta fácil. Su realismo es mágico, su ironía implícita, su intención elusiva. Solo su belleza es muy evidente. La de unos escenarios con ambientación fascinante en los que la cámara se mueve con la misma elegancia con que hablan los personajes. En la reseña de Gloria, de Sebastián Lelio, comentaba lo interesante que podría ser una película sobre la vida del personaje de Rodolfo que en aquella película también (y tan bien) interpretaba Sergio Hernández. Ese deseo se cumple en parte ahora con el excelente trabajo de este actor chileno cuyo contenido Celso de esta película de Raúl Ruiz me ha recordado por momentos al Jep Gambardella que interpretaba Toni Servillo en La Gran Belleza de Paolo Sorrentino. Salvando las distancias, claro está, entre la Roma de este siglo y la Antofagasta del pasado. Aunque si su realismo es mágico las historias del norte de Chile no quedan tan lejos de las de Italia.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Centro histórico

de Pedro Costa, Manoel de Oliveira, Víctor Erice y Aki Kaurismäki. Portugal, 2012. 80’. 
12 de marzo de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

La capitalidad europea de la cultura de Guimarães en 2012 es el motivo que reunió a cuatro directores para filmar allí cuatro cortometrajes: O tasqueiro de Aki Kaurismäki (un día en la vida del dueño de una tasca al que las cosas no le van bien), Sweet exorcist de Pedro Costa (una opresiva extravagancia entre psiquiátrica y onírica con la Revolución de los Claveles al fondo), Cristales rotos de Víctor Erice (un cautivador documento sobre el tiempo y la memoria con testimonios de los trabajadores de una fábrica de hilado que cerró en 2002 tras siglo y medio de historia) y El conquistador conquistado de Manoel de Oliveira (una pequeña ironía del veteranísimo director sobre el turismo en los lugares históricos)

Los Cristales rotos de Erice son el verdadero Centro histórico de esta película. Otra joya de este genio español que hace tiempo que no hace largometrajes pero que nos ha regalado piezas mayores de duración menor como La morte rouge (una reflexión autobiográfica absolutamente imprescindible sobre la memoria, el tiempo y el cine), Alumbramiento (la cautivadora historia de diez minutos verpertinos en una aldea asturiana), o esas cartas filmadas que intercambió con Abbas Kairostami por encargo del CCCB y el Centro Pompidou que pudimos ver en Barcelona en 2011 en aquella otra magnífica iniciativa que fue Todas las cartas. De Erice me gusta hasta su forma de  hablar. Quien no lo haya visto, debería buscar en Internet las imágenes del relato que hizo para el programa "Versión Española" de RTVE de lo que pudo haber sido la segunda parte de El Sur con fotografías que iba sacando de una caja. Para mi también fue inolvidable aquella noche de noviembre en 2010 en que vino al Festival de Gijón y, tras la proyección del documental de Alain Bergala Víctor Erice: Paris-Madrid allers-retours, nos habló sobre su manera de entender el cine. Uno de los mayores méritos de estos Cristales rotos es precisamente ese, la forma en que consigue que los trabajadores hablen. Frente a la cámara y frente a esa impresionante fotografía desde la que parecen contemplarnos quienes trabajaban hace un siglo en esa misma fábrica. Cristales rotos es poesía cinematográfica militante en la que se reivindica la nobleza de unas vidas capaces de expresar, con toda la belleza que da la sinceridad, palabras mayores sobre la condición humana. Palabras de gente que sabe de lo que habla. Porque habla de lo que sabe. Del trabajo y de la vida. Como Víctor Erice con su cámara.

martes, 11 de marzo de 2014

En solitario

de Christophe Offenstein. Francia, 2013. 96’.
11 de marzo de 2014. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Yann compite en una regata de veleros que dan la vuelta al mundo sin escalas y con un único tripulante. Tras reparar una avería cerca de la costa canaria descubre que lleva un polizón a bordo. Es Mano Ixa, un joven de Mauritania que quiere ir Francia.

De este navegante se puede decir cualquier cosa menos que va en solitario. Y no solo por ese joven emigrante que recorrerá el mundo con él. También por la constante comunicación que mantiene con su entorno francés. A diferencia de Chandor, Offenstein debe considerar que una historia en un barco debe resultar aburrida y por eso intercala constantemente imágenes de gente en tierra firme. Pero se equivoca. Lo mejor de su película está en el mar. En lo (poco) que tiene en común con la magnífica Cuando todo está perdido. El viaje acaba bien. El dilema ético también. Pero uno hubiera preferido que, como los protagonistas de esta regata, la cámara no saliera del barco.

domingo, 9 de marzo de 2014

La paella de Daniel Albert

de James D. Fernández y Luis Argeo. EE.UU.-España, 2013. 35.
9 de marzo de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.

Varios ancianos comentan una vieja fotografía en la que aparecen decenas de emigrantes españoles en California. Algunos de ellos eran niños en esa foto. Otros reconocen a sus padres. Es la ocasión para un encuentro en casa de Daniel Albert, el hijo de una emigrante malagueña que llegó a ser alcalde de Monterrey y aún conserva la bandera republicana que tanto apreciaba su madre. Hoy prepara una paella para esos descendientes de españoles que se reconocen en aquella foto.

Antes de la proyección Luis Argeo (periodista y documentalista asturiano del que ya vimos aquí Llende) y James Fernández (profesor de la Universidad de Nueva York y descendiente de asturianos) presentaron el proyecto en el que se enmarca este documental. Se trata de rescatar la memoria de la emigración española en Estados Unidos, una diáspora que alcanzó dimensiones enormes entre 1880 y 1930. En esos cincuenta años fueron a América más españoles que en los cuatro siglos anteriores. Reconstruir esa otra historia de España a través de documentos y testimonios es el objetivo de ese proyecto. En el coloquio que siguió a la proyección Luis Argeo y James Fernández demostraron que, más allá de lo que se cuenta en esta historia concreta, tienen mucha información y mucho tesón para llevar adelante una iniciativa que podría generar un valioso archivo. De momento tienen un interesante sitio en Internet: http://tracesofspainintheus.org/.

sábado, 8 de marzo de 2014

Joven y bonita

de François Ozon. Francia, 2013. 95’. 
8 de marzo de 2014. Cines los Prados, Oviedo.

Isabelle es una adolescente muy bella. En el verano en que cumple diecisiete años  pierde la virginidad en la playa. Lo hace como decisión deliberada. Igual que en el otoño empiezar a prostutirse en París. En el invierno sigue haciéndolo. Hasta el día en que uno de sus clientes muere de un infarto estando con ella. Ahí acaba su doble vida de estudiante y prostituta ocasional. La policia informa a su madre. Nada parece explicar lo que ha estado haciendo. En la primavera va al psiquiatra y empieza a salir con un chico. Su familia la ayuda a retomar su vida normal. Pero a Isabelle no le resulta fácil.

Ozon no sale malparado abordando un tema tan comprometido como el de la prostitución juvenil. Sortea el riesgo de la moralización de la historia, aprovecha al máximo la impresionante belleza de Marine Vacth, trenza algunas relaciones interesantes (como la de Isabelle con su hermano menor) y resuelve bien la manera de tratar los encuentros sexuales (de hecho, es mucho más dura la escena de la policia informando a la madre). Joven y bonita está muy lejos de En la casa, la anterior película de Ozon. Pero se ve con interés. Quizá por el magnetismo de esa joven enigmática que más que vivir su vida parece solo contemplarla. ¿O será al revés?

viernes, 7 de marzo de 2014

Monuments men

de George Clooney. EE.UU., 2014. 118’. 
7 de marzo de 2014. Parqueastur, Corvera.

Al final de la Segunda Guerra Mundial un selecto grupo de expertos recorren Europa con la misión de rescatar las obras de arte expoliadas por los nazis en los países ocupados.

La historia está basada en hechos reales y el elenco está formado por actores monumentales (George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, Cate Blanchett...) Pero ahí acaba el interés de la película. El magnífico actor que es George Clooney no ha encontrado el tono adecuado para seguir siendo el buen director de otras veces.

jueves, 6 de marzo de 2014

Cuando todo está perdido

de J.C. Chandor. EE.UU., 2013. 106’.
6 de marzo de 2014. Cines Ocimax, Gijón.

En medio del Índico un contenedor a la deriva choca contra un velero en el que viaja un hombre solo. Sin posibilidad de pedir ayuda, en los días siguientes luchará por sobrevivir. Primero en el barco. Luego en el bote salvavidas.

En casi dos horas Robert Redford casi no pronuncia palabra. Ni falta que hace. Su magnífica interpretación muda de ese personaje tenaz consigue que interese todo lo que le pasa. Salvo en los breves planos en que se muestra su lancha desde perspectivas submarinas o cenitales, la cámara está siempre a su lado. Y uno no se cansa de mirarlo. Chandor había demostrado su habilidad como guionista y director en Margin Call (su magnífica ópera prima que nos presentó Kevin Spacey en aquel inolvidable preestreno en el Centro Niemeyer). Ahora confirma su buen pulso narrativo con esta historia solipsista que transcurre en medio de un océano en el que Robert Redford consigue que no nos sintamos perdidos. El actor y el director han arriesgado mucho con una película que, a priori, parecería muy exigente para el espectador. Pero consiguen llevarla a buen puerto. Por una vez me he alegrado de estar casi solo en la sala. Así he disfrutado más con la soledad oceánica de este gran actor.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Casting

de Jorge Naranjo. España, 2012. 90’. 
5 de marzo de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas

Una jornada de encuentros entre jóvenes actores mientras esperan para un casting. Todos anhelan una oportunidad profesional. Y muchos también sentimental.

Lavapiés es uno de los escenarios preferidos de esas películas artesanales con querencias autorreferenciales que nos ofrece últimamente el nuevo/otro cine español. Jorge Naranjo extiende esa base de operaciones unas calles más abajo y toma la Tabacalera como espacio perfecto para su Casting. Allí enmarca primorosamente unas historias bilaterales en las se van cruzando las vidas de unos actores que parecen interpretarse a si mismos mientras aspiran a interpretar otras vidas. Casting es un agradable (auto)retrato profesional, y quizá también generacional, en el que predomina la ternura y la complicidad con los que están (o se quedan) fuera y la burla hacia los que los ponen a prueba dentro. Jorge Naranjo aporta así una mirada fresca y original sobre el mundo de los que, en estos tiempos difíciles, hacen (o quieren hacer) cine en España. La suya es una contribución modesta en sus medios y en sus intenciones, pero no en sus resultados. Quizá porque quienes han hecho posible esta sencilla y hermosa película no parecen haber necesitado un duro casting para dar de si lo mejor.

lunes, 3 de marzo de 2014

Philomena

de Stephen Frears. Reino Unido, 2013. 98’. 
3 de marzo de 2014. Cines los Prados, Oviedo.

Philomena lleva cincuenta años sin saber del hijo que tuvo cuando era adolescente. Las monjas de la institución irlandesa en la que estaba internada lo vendieron cuando tenía tres años. Con la ayuda de Martin Sixsmith, un periodista que quiere hacer un reportaje sobre un tema de interés humano, averiguará que fue entregado a un matrimonio de América y que llegó a ser un importante abogado en la Casa Blanca.

Solo por las estupendas interpretaciones de Judi Dench y Steve Coogan encarnando a esta pareja asimétrica ya merece la pena ver esta película. Pero es que además Stephen Frears compone una magnífica historia a partir de un caso real. Y no solo por la forma de narrar la conmovedora búsqueda que Philomena hace del hijo perdido, sino porque la construcción del propio relato es también el tema de la película con la otra búsqueda, la que el periodista emprende en pos de una buena historia. Por eso la sorpresa de saber tan pronto qué fue del hijo parece defraudar a la vez a Philomena, a Martin y a nosotros que a mitad de la película sentimos que ya no son necesarias más averiguaciones. Pero es ahí donde la genialidad del director sobresale al conseguir levantar un relato del que a la madre, al periodista y a nosotros aún nos queda por conocer lo mejor: la vida del hijo plasmada en ese video que la madre ve emocionada (como el periodista y nosotros viéndola a ella) y el cierre del círculo con el regreso al convento irlandés. Para una mirada simple Philomena es solo una película bonita y emotiva (como los libros que ella lee), pero con el acierto de Stephen Frears en la forma de contarla se convierte en una historia preñada de matices y oportunas miradas sobre temas como la religión, la política, el periodismo, los relatos o el amor. Una historia y unos temas que a nadie dejan indiferente.

domingo, 2 de marzo de 2014

El rayo

de Fran Araujo y Ernesto de Nova. España, 2013. 86’. 
2 de marzo de 2014. Teatro Filarmónica, Oviedo.

El rayo es el tractor con el que Hassan decide regresar a Marruecos. Con él cruza media España por carreteras secundarias. En su lento periplo tendrá diversos encuentros con gentes de los entornos rurales.

La pequeña extensión del festival Abycine que estos días se ha desarrollado en Oviedo nos ha permitido ver esta sencilla historia que tiene su eje en Hassan, un tipo fascinante que hizo realmente ese viaje. En el coloquio que siguió a la película los directores dijeron que El rayo y la película de David Lynch solo tienen en común que sus protagonistas conducen vehículos agrícolas. Pero yo creo que El rayo es realmente una historia verdadera. La historia de un regreso parsimonioso que nos permite percibir la cercanía entre ese buen marroquí que quiere volver a su país y los españoles de bien con los que se va encontrando. La película es como el tractor de Hassan. Humilde. Casi tosca. Y como él evita los lugares más transitados. Por eso hay tanta verdad en lo que muestra.

Her

de Spike Jonze. EE.UU., 2013. 126’.  
2 de marzo de 2014. Cines los Prados, Oviedo.

El trabajo de Theodore consiste en escribir cartas sentimentales por encargo. Pero su vida afectiva no va bien. Está a punto de divorciarse y se siente solo. Hasta que conoce a Samantha y se enamora. Ella es la voz de un sistema operativo que satisface necesidades afectivas.

Siento luego existo. Esa podría ser la tesis de esta sugerente película ambientada en un futuro amable. Los límites de la inteligencia artificial o el dualismo cartesiano son algunas de las cosas en las que uno piensa mientras la está viendo. Temas que recuerdan a los planteados por aquel androide de Un amigo para Frank. Pero en Her eso no es lo más importante. La historia de Theodore y Samantha nos propone indagar sobre la soledad, la ergonomía sentimental o la posibilidad de una complicidad duradera. Y lo hace en un escenario utópico en el que un amor platónico hecho a nuestra medida podría susurrarnos cuanto quisiéramos. Como aquella chica perfecta y modelable de Ruby Sparks. La agradable atmósfera levemente futurista, la oportuna interpretación de Joaquin Phoenix o imaginar que Scarlett Johansson podría ser la Samantha virtual de esta historia (que acaba de recibir el Óscar al mejor guión original) hacen que Her sea algo más que una película grata.