sábado, 31 de octubre de 2015

Elser

de Oliver Hirschbiegel. Alemania, 2015. 110’.
31 de octubre de 2015. Teatro Carrión, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial). V.O.S.

En noviembre de 1939 Georg Elser puso una bomba en un local de Munich. Y por solo trece minutos no mató a Hitler que terminó su discurso un poco antes de lo previsto. Repasamos la vida de este joven mientras lo vemos resistir en los duros interrogatorios a los que fue sometido.

Tras un agradable corto de animación titulado Autos Portrait de Claude Cloutier en el que unos coches cantan y bailan, vemos esta interesante película de la sección oficial sobre un hombre que estuvo a punto de cambiar la historia. Y que con su actitud demostró que no todos los alemanes eran ciegos ante lo que estaba pasando. El relato está bien construido y hace soportables las escenas de las torturas al abreviarlas e interrumpirlas para regresar a los momentos de la vida de Elser que explican los motivos de una acción que, de haber tenido éxito, podría haber evitado muchos males. Quizá no merezca ningún premio, pero es una película interesante por los hechos que relata y por la corrección con que está hecha.

Raghs dar ghobar (Dancing in the dust)

de Asghar Farhadi. Irán, 2003. 95’.
31 de octubre de 2015. Cines Broadway, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección Inéditos. Talentos del siglo XXI). V.O.S.

Un joven enamorado se ve obligado a divorciarse de su mujer porque su familia sospecha que la madre de ella se prostituye. Al no poder pagar la deuda por la dote huye de la ciudad ocultándose en la furgoneta de un cazador de serpientes con el que pasará unos días en el desierto. El trato del silencioso trampero hacia el ingenuo joven pasará de la hostilidad inicial a una ayuda sincera con la que le acabará salvando algo más que la vida.

Lo dije en la reseña de Le passé cuando la vi hace dos años en el festival de Gijón: quiero conocer todo lo que ha hecho ese magnífico director iraní que es Asghar Farhadi. Así que tenía muy claro que entre lo que este año no me iba a perder en Valladolid estaba esta oportunidad de ver su primer largometraje. Y ante ocasiones así, uno espera encontrar simplemente un buen hacer que preludie otras películas mayores. Algo de eso me sucedió ayer con la de Sorrentino (y ya la disfruté bastante), pero con Farhadi no ha sido así. Su Rags dar ghobar (o Dancing in the dust) es una obra mayúscula, una película imprescindible entre las mejores del cine iraní (y eso no es decir poco tratándose de un país en el que abundan los buenos directores). El aire juguetón y hasta casi naif de la primera parte contrasta de manera perturbadora con esa segunda parte que muestra la relación iniciática entre dos hombres y dos edades que confrontan en el desierto con la única compañía de las ruinas y las serpientes. Las interpretaciones son magníficas, igual que la estructura y el guión de una historia llena de pistas y correspondencias: el caballo, las serpientes, el anillo, el dedo, la madre de negro que en la primera parte tiende ropa oscura, la hija inmaculada que al final recogerá ropa blanca, los silencios del padre religioso que culpabiliza a los demás y del cazador solitario que malvive con sus culpas... Así que no ha podido ser mejor este encuentro con la primera obra de Asghar Farhadi, una auténtica joya de este director sobresaliente.

Mustang

de Deniz Gamze Ergüven. Francia-Turquía, 2015. 97’.
31 de octubre de 2015. Teatro Carrión, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial). V.O.S.

Cinco adolescentes huérfanas viven con su abuela y su tío en un pueblo turco. Su fresca alegría resulta molesta en un entorno tradicional que las irá preparando para matrimonios concertados. Pero algunas de ellas se rebelan.

Entramos en la sala sabiendo que el jurado ha premiado esta película con la Espiga de Plata (también ha recibido el premio de la crítica, el del público, el de los jóvenes y hasta el premio Sociograph que conceden unos sensores que se supone que detectan las emociones del público). Parece, por tanto, que hemos tenido suerte en la selección de las películas. Pero no. Tengo que discrepar sobre los méritos de Mustang, una historia que bien podría ser una más de las que se proyectan en la sección Enfants Terribles del festival de Gijón, agradan a algunos escolares y luego se olvidan. Y es que la guapura urbana de esas chicas tan majas y bien vestidas parece inverosímil en un entorno rural que de repente se convierte en poco menos que integrista. Mustang es cine tópico para criticar algo tan obvio como que concertar matrimonios está muy mal (en Turquía y en cualquier sitio). Por suerte, el corto que la precedió (Nothing stranger de Pedro Collantes) tenía algo de poesía e incluía unas imágenes muy hermosas de unos pescadores chinos que utilizan cormoranes para sacar peces del río.

Nadie quiere la noche

de Isabel Coixet. España, 2015. 118’.
31 de octubre de 2015. Teatro Carrión, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial -fuera de concurso-). V.O.S.

Josephine Peary va en busca de su marido Robert que está a punto de alcanzar el Polo Norte. Contra todos los consejos, deja el refugio seguro de Ellesmere para esperarlo más al norte en una cabaña en la que pasará parte del invierno con la única compañía de Alaka, una esquimal que también espera por él.

Vemos en sesión matinal esta película que se presenta fuera de concurso y con la que la Seminci se clausurará esta tarde. En Nadie quiere la noche Isabel Coixet nos muestra el dramático contrapunto femenino de aquella expedición que en 1909 alcanzó el Polo Norte. Más allá de la belleza de las imágenes del viaje cuando aún no ha llegado la noche, lo mejor de la película está en esa intimidad obligada entre la burguesa americana y la mujer esquimal que con tanta complicidad construyen Juliette Binoche y Rinko Kikuchi. La convivencia, en la cabaña y en el iglú, muestra la tensión, y luego la conciliación, entre esos dos mundos femeninos que comparten una ausencia masculina. En esa noche perpetua en la que nadie querría vivir hay momentos especialmente intensos, como esa bella metáfora del parto bajo el hielo.

viernes, 30 de octubre de 2015

L'uomo in più

de Paolo Sorrentino. Italia, 2001. 98’.
30 de octubre de 2015. Cines Broadway, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección Inéditos. Talentos del siglo XXI). V.O.S.

Dos Antonios Pisapia tuvieron mucho éxito en los años setenta. Uno era un honesto jugador de fútbol que tras colgar las botas quería ser entrenador. El otro era Tony, un cantante vividor al que la cocaína y una noche con una menor condenaron al ostracismo. Las derrotas paralelas de estos dos tipos singulares que nunca se conocieron condujeron a Antonio al suicidio y a que Tony se redimiera reivindicándolo.

La banalidad del éxito. Tal podría ser la tesis que une a esta ópera prima de Sorrentino con esa joya que se titula La gran belleza. La Seminci ha tenido el acierto de programar las primeras películas de directores muy reconocidos que no fueron estrenadas en España. Así, mañana podremos ver la de Asghar Farhadi y hoy hemos podido disfrutar con la magnífica interpretación de Tony Servillo, el actor fetiche de Sorrentino, en este precedente casi pop de la barroca maravilla romana con que nos cautivó hace dos años. Las historias paralelas de los dos personajes están bien construidas. Y su conexión final, que devuelve al de Servillo a aquella cárcel en la que empezó su felicidad, es un cierre perfecto para una película en que se apunta la elegancia con que este director sabe mover la cámara y hacer más que interesantes a personajes que me resultan tan lejanos como un cantante italiano o un jugador de fútbol.

Hector

de Jake Gavin. Reino Unido, 2015. 87’.
30 de octubre de 2015. Teatro Zorrilla, 60º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección Punto de Encuentro). V.O.S.

Hector vive como indigente en los alrededores de las autopistas. Se acerca la Navidad y quiere ir desde Escocia al albergue londinense en el que suele pasar esas fechas. Pero antes intenta localizar a su hermana y a su hermano que no saben nada de él desde hace quince años.

Volvemos a la Seminci y no hemos podido tener mejor comienzo. Antes de Hector se ha proyectado el corto La plage de la joven directora israeli Keren Ben Rafaël. En un espléndido plano secuencia de veinte minutos merodeamos por una playa asistiendo a conversaciones incidentales mientras se escuchan a lo lejos las voces de unos adolescentes que podrían estar violando a una joven. Tras un breve coloquio con la directora se proyecta Hector, una película magnífica en la que acompañamos el periplo de un indigente maduro en lo que podrían ser unas despedidas. Los planos breves, la fotografía invernal y el naturalismo sobrio con que se nos muestra esta vida que con lo mínimo puede tener una dignidad máxima hacen que este primer largometraje de Jake Gabin bien pudiera merecer cualquiera de los premios en este festival. Pero no solo resulta conmovedor el protagonista, también la mayoría de los personajes con los que, en el vagabundeo o en su ayuda, se va encontrando durante el viaje. Al final uno lamenta que la película solo dure hora y media. Y es que Jake Gavin da una lección de buen cine con esta historia sencilla y más que edificante.

jueves, 29 de octubre de 2015

Los impresionistas

de Phil Grabsky. Reino Unido, 2015. 90’.
29 de octubre de 2015. Cines Parque Principado, Lugones.

Paul Durand-Ruel fue un hombre clave para el impresionismo. Una exposición en el Museo de Luxemburgo de París repasa la importancia de este galerista en la promoción de unos artistas que hoy son clásicos, pero que en su momento parecían demasiado modernos.

Exhibition on Screen es el nombre de una iniciativa que repasa la obra de algunos pintores en documentales que se proyectan solo una vez en salas de cine de todo el mundo. El contenido de Los impresionistas es bien interesante y las imágenes tienen una calidad estupenda. Sin embargo, el formato de documental clásico y la proyección en versión doblada hacen que la experiencia no sea tan singular. Desde luego bastante menos que National Gallery, aquellas deliciosas tres horas de cine y pintura con las que tanto disfruté en abril en Madrid.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Una chica vuelve a casa sola de noche

de Ana Lily Amirpour. EE.UU., 2014. 100’.
28 de octubre de 2015. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Una vampira iraní sale cada noche a las calles de Ciudad Mala. Allí se encuentra con un macarra que acaba de quitarle su precioso coche a un joven con aires de James Dean que vive con un padre toxicómano. El macarra sucumbirá al colmillo de la vampira. Y ella al amor del joven.

Poca historia y menos guión en una película que lo fía todo a los encuadres, a los gestos y al sonido. Las tres cosas sorprenden y están muy cuidadas. La nocturnidad en blanco y negro hace que esa Ciudad Mala parezca el espacio propicio para una película clásica americana. Pero el contrapunto iraní de esta historia con vampira, hace muy singular una película de atmósferas elegantes, contenidos inquietantes y género bastante mutante.

lunes, 26 de octubre de 2015

El nuevo Nuevo Testamento

de Jaco Van Dormael. Bélgica, 2015. 113’.
26 de octubre de 2015. Cines Ocimax, Gijón.

Un padre de mal carácter que se divierte tramando maldades con su ordenador. Una madre silenciosa que se dedica a hacer bordados. Un hijo que se fue de casa en compañía de doce hombres. Una hija que también se irá para buscar a seis más. Es en Bruselas. Donde vive el Dios Padre. Y donde esa niña que está harta de él propondrá un nuevo Nuevo Testamento que comienza anunciando a todo el mundo el tiempo que le queda por vivir.

El director de la interesante Las vidas posibles de Mr. Nobody vuelve a jugar con la trascendencia en esta fábula llena de imágenes sugerentes apta para todos los públicos. En las historias fragmentarias que va componiendo Van Darmael se condensan muchos de los reproches que cualquier persona sensata podría hacerle al jefe de todo esto. Y se da una segunda oportunidad no solo a los humanos, que conociendo lo que les queda de vida podrían tomársela algo más en serio (o sea, algo menos en serio), sino también a los seres divinos que, debidamente humanizados, también podrían tomar conciencia de que ya es hora de matar al padre (aunque no sea literalmente) y, visto el fracaso del hijo (alias J.C.), dejar que sean la hija y la madre las que se encarguen de poner algo de orden en el más acá. Eso sí, sobre el gusto de mamá Diosa para la decoración final del mundo yo pondría el grito en el cielo.

domingo, 25 de octubre de 2015

El mundo sigue

de Fernando Fernán Gómez. España, 1963. 115’.
25 de octubre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés.


Dos hermanas que se odian. El marido tarambana de una de ellas que vive obsesionado con las quinielas. Los amantes ricos de la otra que la tratan como a una reina. Un hermano meapilas. Un padre uniformado. Una madre abnegada. Y un crítico de teatro que es amigo de la familia... Es en Madrid. En 1963.

Fernando Fernán Gómez dirige e interpreta esta película que merecería estar entre los clásicos más reconocidos de nuestro cine. Medio siglo después de su estreno se recupera esta estupenda historia que muestra la aspereza de los usos y costumbres de unos tiempos llenos de niños en las calles, de hombres broncos e imbéciles en los bares y de mujeres cuya felicidad en los hogares dependía de su suerte con ellos. El mundo sigue nos permite valorar lo mucho que (para bien) ha cambiado este país. Por fortuna, el público de esta noche no puede reconocerse en esas maneras que eran cotidianas hace cincuenta años y que hoy provocan desagrado o sonrisas irónicas. De las muchas que aparecen en la película solo hay una enfermedad nacional que el tiempo no ha atenuado: el fútbol como narcótico social.

sábado, 24 de octubre de 2015

El rey de La Habana

de Agustí Villaronga. España, 2015. 125’.
24 de octubre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Tras presenciar la muerte de su madre, de su hermano y de su abuela, Reinaldo entra en un reformatorio. Allí se convierte en el adolescente áspero que se siente el rey de La Habana entre Magda y Yunisleidy, los dos amores paralelos con los que malvive en el lumpen habanero del periodo especial.

El Reinaldo de Agustí  Villaronga viene a ser el negativo del Chala de Ernesto Daranas. Este pretendido rey de la Habana se curte en un reformatorio como el que la maestra de Conducta quiere evitar para su niño. Las dos películas retratan la dureza de las vidas de los llamados palestinos en las calles de La Habana, esos nadies a los que ninguna revolución parece capaz de salvar. Pero mientras Conducta es una película luminosa que deja espacio para la esperanza, El rey de La Habana se recrea en esa oscuridad amoral que Villaronga también mostró, en otro tiempo y otro lugar, en Pa negre. En todo caso, asumida la crudeza de lo que se nos cuenta y tras un inicio sorprendente, la historia no tiene el relieve que se espera y apenas evoluciona hasta ese final desolador cuyo último plano casi parece de Buñuel.

El club

de Pablo Larraín. Chile, 2015. 98’.
24 de octubre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Cuatro curas maduros viven recluidos en un pueblo de la costa chilena. El entrenamiento de un galgo es la única distracción de las rutinas cotidianas que les impone la hermana que vive con ellos. Hasta que llega un quinto cura y luego un religioso que se encarga de supervisar esas casas que deberían ser de penitencia. 

El club de Pablo Larraín comparte tema (la expiación de las culpas de los curas pedófilos) y escenarios (pueblos costeros que parecen finis terrae de Chile e Irlanda respectivamente) con la también magnífica Calvary de John Michael McDonagh. En las dos hay además unas interpretaciones sobresalientes (la imponente presencia de Brendan Gleeson en Calvary, los magníficos silencios corales aquí) y unos guiones espléndidamente trazados a partir de una muerte anunciada o de un suicidio sorpresivo. Pablo Larraín sitúa El club en un lugar intermedio entre la dura aspereza de Tony Manero y el tono más amable y accesible de No. Pero las tres me confirman que, con independencia de los premios que reciba, es un director con una mirada singular que sabe hacer más que interesantes historias muy diferentes.

viernes, 23 de octubre de 2015

Marte

de Ridley Scott. EE.UU., 2015. 142.
23 de octubre de 2015. Cines Parqueastur, Corvera. 3D

Una tormenta repentina en la superficie de Marte mata a uno de los miembros de una misión de la Nasa. O eso es lo que creen los compañeros que logran salir de allí y poner rumbo a la Tierra. Sin embargo, el astronauta no ha muerto. Y tendrá que poner todo su empeño para conseguir cultivar patatas, comunicarse con la Tierra y sobrevivir hasta que llegue un rescate que tardará muchos meses.

En 2013 Cuarón hizo que en Gravity George Clooney salvara a Sandra Bollock en las cercanías de la Tierra. En 2014 Christopher Nolan puso a Matthew McConaughey a buscar en Interstellar un planeta habitable en otra galaxia. Este año le ha tocado el turno a Ridley Scott que ha convertido a Matt Damon en un robinsón marciano. Y eso es lo que más me gusta de esta película, la desolación roja que vimos por primera vez en las fotografías que nos mandó hace casi veinte años aquella Pathfinder que ahora el bueno de Damon reutiliza como sistema de comunicación con la Tierra. Pero Ridley Scott ha decidido que la angustia por la soledad de ese héroe no va a formar parte de las sensaciones del espectador. Y quiere evitarla a toda costa mostrándonos constantemente lo bien que trabajan los muchachos de la Nasa para salvar al soldado Watney. Y es una pena, porque si nos hubiera dejado a solas con este robinsón del siglo XXI su película habría podido acercarse a la calidad de las de Nolan y Cuarón. Lo peor es que su empeño por subrayar el final feliz del rescate hace que se olvide de los mínimos de verosimilitud que en general supo mantener hasta que nuestro astronauta dejo la superficie de Marte.  Y es que no deberíamos ver como simultáneos los alegres abrazos en la Tierra y los de los astronautas que se reencuentran cerca de Marte. Es lo que pasa por preferir  que la ficción científica escore más hacia lo naif que hacia lo existencial.

martes, 20 de octubre de 2015

Twixt

de Francis Ford Coppola. EE.UU., 2011. 90.
20 de octubre de 2015. Centro Municipal Integrado Pumarín, Gijón. V.O.S.

Un escritor que ha perdido a su hija en un accidente firma ejemplares de su última novela de terror en un pueblo en el que ha habido varios asesinatos. El alguacil es aficionado al género y le propone escribir juntos una historia inspirada en esos hechos. La realidad y los sueños se confundirán en su nueva novela.

Finalizo en Gijón el repaso que estos días he podido hacer de parte de la obra de Coppola viendo su último trabajo. Twixt es una sugerente película con una magnífica fotografía en la que se dan cita sueños en blanco y negro, reflexiones sobre la creación literaria, apariciones de Edgar Allan Poe, obsesiones sobre jóvenes más o menos vampíricas, remordimientos por la hija fallecida y hasta un divertimento detectivesco en torno a ese alguacil escritor y asesino. Su elegancia formal y su originalidad narrativa hacen que Twixt no me parezca en absoluto una obra menor en la trayectoria de quien el viernes recibirá el Premio Princesa de Asturias de las Artes.

lunes, 19 de octubre de 2015

Cotton Club

de Francis Ford Coppola. EE.UU., 1984. 128’.
19 de octubre de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. V.O.S.

Un trompetista blanco que toca como un negro. Un gángster al que le salva la vida. Una bella cantante que está en medio de los dos. Un bailarín negro con una novia casi blanca. Los hermanos del trompetista y del bailarín... Gentes del Cotton Club, un templo del jazz en el Harlem de los años veinte. 

Diez años después del segundo Padrino Coppola vuelve a llevar al cine los entornos que frecuentaban los mafiosos neoyorquinos más clásicos. La música y el baile son tan importantes en esta película como las historias de pasiones y ambiciones que se van cruzando en el Cotton Club. Volviendo a verla esta noche entiendo perfectamente el interés que nos llevó a perdernos por el Harlem una noche del verano del noventa y dos buscando el local que con ese nombre aún existía allí. Con esta proyección termina en el Palacio Valdés el ciclo Coppola Portátil que ha organizado la Fundación Princesa de Asturias con motivo del Premio de las Artes que recibirá el viernes en Oviedo. Tras la experiencia de hace dos años con Haneke y la de estos días con Coppola parece evidente que los premios a cineastas resultan de lo más lucidos para difundir la obra de los premiados. Por ello se me ocurre una idea que podría interesar a la Fundación. Además del de las artes cada año podría otorgarse un premio para el cine. Para no aumentar gastos podría sustituir, por ejemplo, al actual premio para el deporte. Y puestos a dar ideas se me ocurren dos nombres de directores españoles que merecerían ese premio y que lo prestigiarían mucho más que esos deportistas que ni siquiera vienen a recoger el suyo. Propongo a Víctor Erice y a Carlos Saura. Ya estoy imaginando los ciclos que podrían organizarse en los próximos años por estas fechas...

domingo, 18 de octubre de 2015

Drácula de Bram Stoker

de Francis Ford Coppola. EE.UU., 1992. 130’.
18 de octubre de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. V.O.S.

Tras perder a su mujer el conde Drácula reniega de Dios. Sucedió en el siglo XV pero a finales del XIX sigue queriendo recuperarla. La ocasión se le presenta cuando ve la fotografía de la prometida de un joven que ha viajado a Transilvania para venderle unos inmuebles en Londres.

Aunque el género no me atrae y en su momento fui a ver este Drácula solo porque lo dirigía Coppola, reconozco que esta noche en el Palacio Valdés ha sido más que entretenida. El expresionismo irónico del arranque de la película, la evocación de los comienzos del cine en la escena en que la bestia embauca a la bella o el contrapunto entre la boda y el sacrificio de la amiga (tan similar al paralelismo entre las escenas del bautizo y la hecatombe en El padrino), hacen de este Drácula una historia recomendable incluso para quienes no somos tan devotos del género como muchos de los que hoy llenaban el patio de butacas de este hermoso teatro. Mañana más Coppola aquí.

sábado, 17 de octubre de 2015

El padrino

de Francis Ford Coppola. EE.UU., 1972. 175’.
17 de octubre de 2015. Teatro Palacio Valdés, Avilés. V.O.S.

La familia Corleone. Desde el día de la boda de la hija de Don Vito hasta que su hijo Michael le sucede como padrino.

Disfrutar de nuevo de la presencia y la voz de aquel Marlon Brando superlativo, de ese arranque inolvidable en la boda de la hija, del impresionante diálogo en la negociación entre los jefes de las familias mafiosas, de la escena luminosa en que el abuelo Corleone muere de forma tan bella entre las tomateras, del bautismo metafórico del personaje de Al Pacino... Y todo eso en el espacio incomparable de nuestro Teatro Palacio Valdés y con el regalo previo de la interpretación del tema de amor de la película a cargo de miembros de la joven orquesta de la Fundación Princesa de Asturias. Una experiencia inolvidable dentro del ciclo Coppola Portátil que precede estos días la entrega del Premio de las Artes al genial director americano. 

jueves, 15 de octubre de 2015

La conversación

de Francis Ford Coppola. EE.UU., 1974. 113’.
15 de octubre de 2015. Antiguo concesionario de la Renault en la calle Campomanes, Oviedo. V.O.S.


Una pareja conversa mientras pasea por una plaza. A pesar de la dificultad, algunos hombres les están grabando. Trabajan para Harry Caul, un profesional de la vigilancia que, tras editar la conversación e intuir los motivos del encargo, se tortura por los efectos de su trabajo en la vida privada de las personas. Quizá porque guarda tan celosamente la suya.

Coppola Portátil es el nombre del ciclo que la Fundación Princesa de Asturias ha organizado sobre la obra del director americano con motivo de la entrega la próxima semana del Premio de las Artes.  Se proyectarán muchas de sus películas en salas del centro de nuestras ciudades. En Avilés en el Teatro Palacio Valdés, en Oviedo en el Teatro Filarmónica y en Gijón en los Cines Centro (están cerrados desde hace unos meses, pero volverán a abrir para este ciclo y para el festival de noviembre). La entrada es libre excepto para tres proyecciones extraordinarias organizadas en espacios singulares para las que se agotaron enseguida lainvitaciones que la Fundación puso a disposición del público por Internet. Un concesionario de coches abandonado en el centro de Oviedo se ha convertido esta noche en recinto procipio para disfrutar del jazz (una banda interpretaba piezas de la banda sonora), el encuentro y el cine en preciosas butacas rescatadas de sabe dios qué vieja sala. Tras los vinos, los  canapés y la música, la directora de la Fundación nos dio la bienvenida en un pequeño acto que, además de un homenaje a Coppola, se convirtió en una reivindicación de la necesidad de que vuelva el cine a las calles de las ciudades. Y luego la luz se apagó y en este singular espacio urbano comenzó la proyección de esta obra maestra que yo no conocía. Ya solo los tres minutos iniciales con ese extraordinario plano secuencia cenital en que la cámara nos lleva hasta ese Harry Coul, que borda un Gene Hackman extraordinario, nos hacen saber que estamos ante una película que (incluso sin padrinos ni apocalipsis) justifica que Coppola merezca el premio que recibirá aquí la semana que viene. El contexto del Watergate hace aún más interesante una historia que es de vigilancia, de dilemas éticos, de tecnologías futuristas, de amores extraños y, quizá sobre todo, de soledades existenciales. El gran plano inicial abierto en el que nos llama la atención ese hombre que deambula solo entre la gente es la mejor presentación del tono de una historia que tendrá un final extraordinario en ese espacio interior cerrado en el que podría haberse inspirado Amir Naderi para construir Vegas, esa otra joya cinematográfica sobre la autodestrucción humana. Así que bienvenido seas Coppola a estas tierras asturianas. Aunque solo sea por habernos permitido vivir ceremonias cinéfilas tan magníficas como la que de esta noche.

miércoles, 14 de octubre de 2015

La casa de la morera

de Sara Ishaq. Egipto, 2013. 64’.
14 de octubre de 2015. Teatro Filarmónica, Oviedo. V.O.S.

Sara es hija de una escocesa y un yemení. En 2011 vuelve a la casa de su padre con una cámara. Quiere filmar a su familia. Pero  la primavera árabe hará que su película sea también un testimonio sobre la intrahistoria de aquellas revueltas vistas desde la perspectiva de una familia de Saná.

El Documental del Mes nos presenta en octubre la intensidad y calidez de una vida familiar en Yemen que (casi) le parece exótica a esta joven cineasta. El retrato informal de lo que pasa en aquella casa tiene el interés de lo que ve una cámara que, por llevarla ella, a nadie importuna. Pero la realidad exterior se cruza en la historia y la película se convierte en un documento perfecto sobre la forma en que una familia corriente, pero políticamente sensibilizada, vivió en presente continuo aquella primavera árabe. Y, visto así, Yemen resulta muy cercano.

martes, 13 de octubre de 2015

Regresión

de Alejandro Amenábar. España, 2015. 106.
13 de octubre de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.

Un policia investiga los abusos que habría sufrido una joven. Ella cree que su padre y su abuela la utilizaron para rituales satánicos en los que también estaría implicado un policia. Era 1990. Una época en la que en Estados Unidos hubo muchas denuncias por ese tipo de prácticas.

"Actualmente las terapias de regresión están desacreditadas por generar falsos recuerdos". Lo escribe Amenábar  al final de su película. Justo después de que sus últimas escenas me recuerden el final de su magnífica ópera prima. Pero estoy de acuerdo con él. Esta Regresión solo genera falsos recuerdos de aquella Tesis.

domingo, 11 de octubre de 2015

Home movie

de Mark John Ostrowski. España, 2014. 61’.
11 de octubre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.


Videos caseros filmados en Super 8. Algunos de hace casi cincuenta años. La mayoría de vacaciones familiares en Menorca,  Fuerteventura o Murcia en los últimos veranos. También hay imágenes de carreras de galgos y de corridas de toros. Y de un viaje a Florida para el reencuentro con los padres y de otro a Polonia para buscar datos sobre un abuelo. Todo con poco sonido. Apenas un par de canciones y la voz del director que habla siempre en inglés y siempre en primera persona.

En español no sería lo mismo. Sería necesario hacerlo mejor para que siguiera pareciendo poético. Pero dicho en inglés con voz agradable y subtítulos que acompañan unas imágenes de textura lejana parece cine de arte y ensayo. La sintaxis con que Ostrowski monta sus recuerdos familiares es elegante, pero no original. Y está a años luz de la emoción que suscitan otros relatos fílmicos en primera persona también hechos a partir de recuerdos. Estoy pensando, por ejemplo, en Photografic Memory de Ross McElwee, en Stories we tell de Sarah Polley o en Mapa de León Siminiani. Comparado con ellos esta Home movie se queda en parodia. En todo caso, lo mejor estuvo en el coloquio. Cuando una chica escocesa le preguntó al director por el motivo por el que, viviendo en Asturias y no queriendo hablar en inglés a su hija (lo confiesa en la película), no hizo este documental en español. La chica puso el dedo en la llaga. La de la ventaja que algunos sacan de que sean muchos los españoles que sienten complejo porque su lengua no sea el inglés sino la segunda con más hablantes nativos del mundo (recuérdese que la primera es el chino). Por cierto, en esta película he vuelto a comprobar (como hace un par de semanas viendo Roger Waters The Wall) que cuando el inglés es cantado parece no merecer ser subtitulado. ¿Tan malas son las letras en esa lengua? ¿O es que, como el valor a los soldados, a los españoles se nos presupone el dominio del inglés cuando es musicado?

jueves, 8 de octubre de 2015

Fifi grita de alegría

de Mitra Farahani. Irán, 2013. 96’.
8 de octubre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.


Mitra Farahani encuentra a Bahman Mohasses. Él es un anciano iraní que vive solo en un hotel de Roma. Había sido un artista plástico de gran talento pero tras la revolución de Jomeini no se supo más de él. El interés de Farahani y de dos coleccionistas consigue rescatarlo del olvido poco antes de su muerte.

Se programa en colaboración con la Alianza Francesa este interesante documental que muestra la obra de un pintor y escultor que quizá habría ocupado un lugar destacado en la historia del arte si no fuera por los aciagos avatares que sufrió su país. El personaje redescubierto resulta de lo más interesante por la curiosa mezcla de lucidez y extravagancia que seguramente se explica por los años que vivió en soledad. La apariencia sencilla y desaliñada de las imágenes no impide comprobar la sutileza y elegancia con que la directora va armando un relato que acaba siendo testamentario para este artista olvidado. 

martes, 6 de octubre de 2015

Los caballos de Dios

de Nabil Ayouch. Marruecos, 2012. 113.
6 de octubre de 2015. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

En un barrio de chabolas de las afueras de Casablanca unos niños juegan al fútbol. Los veremos hacerse mayores sin que ninguno llegue a salir de la miseria. Hasta que uno regresa de la cárcel convertido en islamista y hace que varios de ellos acaben formando parte del grupo que se suicidó en los atentados del 16 de mayo de 2003 en Casablanca.

Con Los caballos de Dios Nabil Ayouch nos muestra desde Marruecos una realidad no muy distinta de la que Fernando Meirelles plasmó en su Ciudad de Dios desde Brasil. Los dos nos hablan de la miseria periurbana que lleva a unos niños a convertirse en héroes del mal. En los dos casos la humanización de los personajes (sean delincuentes que bajan de las favelas o terroristas que se inmolan) tiene algo de reivindicación que casi bordea la incorrección política. No sé si la Espiga de Oro a la mejor película en el Festival de Valladolid resultó indiscutible en 2012, pero esta interesante película que nos llega desde Marruecos es una excelente forma de abrir la programación cinematográfica de otoño en la Casa de la Cultura de Avilés. Las otras dos de este mes, Los insólitos peces gato y Manglehorn, ya las he visto y reseñado aquí. Así que Jorge Iván Argiz (el subdirector del Festival de Cine de Gijón) vuelve a demostrar su excelente criterio como programador en esta casa. Un lugar en el que desde hace varias décadas se proyecta cada semana buen cine de autor en versión original.

lunes, 5 de octubre de 2015

B

de David Ilundain. España, 2015. 78’.
5 de octubre de 2015. Cines Ocimax, Gijón.

15 de julio de 2013. El juez Pablo Ruz interroga a Luis Bárcenas en la Audiencia Nacional. Le pregunta sobre la procedencia y el destino de las donaciones que gestionó como gerente y tesorero del Partido Popular. Donaciones ilegales para financiar al partido. Sobresueldos no declarados para sus presidentes, secretarios generales y altos cargos. Bárcenas entrega todas las cuentas y cuenta todo lo que sabe.

El resumen anterior está en mi blog de teatro. Lo escribí en diciembre del año pasado sobre Ruz-Bárcenas, la obra que motiva esta película y que, tras estrenarse en Madrid en el Teatro del Barrio, pasó por el off del Niemeyer antes de ir al Lliure de Barcelona. Lo que escribí allí sobre ese extraordinario documento teatral podría repetirlo ahora sobre su versión cinematográfica. Insisto, Pedro Casablanc está tan inmenso como interprete que realmente desaparece para que sea al propio Luis Barcenas a quien vemos ante un juez del que este país debería sentirse muy orgulloso. La película incluye a todos los presentes en aquel interrogatorio y, por tanto, también las respuestas de Barcenas al fiscal, a la acusación particular y a su abogado. Su confesión final sobre los motivos por los que cambió su declaración tiene un contrapunto impresionante en las imágenes que, a modo de epílogo, muestran la comparecencia parlamentaria de Rajoy, el presidente que recibía sobres con sobresueldos. Me siento orgulloso de que mi nombre esté en los títulos de crédito entre los cientos de personas que quisimos contribuir para que este proyecto fuera posible. Ojalá que viera esta película mucha gente. Recibirían una extraordinaria lección interpretativa de Pedro Casablanc. Y otra sobre las cosas que un país digno no debería tolerar a un partido político.

domingo, 4 de octubre de 2015

Tip Top

de Serge Bozon. Luxemburgo, 2013. 106’.
4 de octubre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.


Dos inspectoras de asuntos internos investigan en una comisaría la muerte de un confidente argelino. Sus dislocados procedimientos no desentonan con el comportamiento de los implicados en el caso. Ni con su vida sexual.

Se me escapa la gracia que pretende tener esta historia rara con guiños irónicos (¿y políticamente incorrectos?) sobre las relaciones franco-argelinas y sobre el papel de las mujeres en las burocracias policiales. Enseguida me desentiendo de lo que hacen esas inspectoras y me da igual lo que le haya pasado al confidente sobre el que supuestamente se investiga. Tampoco le encuentro gracia a unos diálogos que no son ni coherentes ni absurdos. Así que no hago más que mirar el reloj y lamentar que el fallo técnico que nos dejó sin poder ver el otro día El cartero de las noches blancas no se hubiera producido hoy. Esperemos que este mal comienzo de la programación otoñal sea una excepción en el cine del Niemeyer (en el que, por cierto, ya nunca se abren las cortinas laterales). En fin.

sábado, 3 de octubre de 2015

Lejos de los hombres

de David Oelhoffen. Francia, 2014. 101’.
3 de octubre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

En una remota escuela en las montañas del Atlas un profesor francés enseña a unos niños. Un día recibe el encargo de llevar a la ciudad y entregar a la policía a un joven que ha matado a un hombre. En el camino intentarán evitar a los que quieren vengarse del joven y a los que luchan contra los franceses. Es 1954 y está comenzando la guerra de Argelia.

Viggo Mortensen, Reda Kateb y los majestuosos paisajes del Atlas. Los tres protagonizan esta travesía inspirada en un relato de Albert Camus. Es un periplo magnífico en el que intuiremos las cosas que desde el pasado explican la tragedia del joven y el aislamiento del profesor. La soledad y el compromiso del personaje de Vigo Mortensen me recuerdan a los que interpretaba en Jauja, la película austral de Lisandro Alonso, o en La carretera, la que dirigió John Hillcoat sobre la novela de Cormac McCarthy. Y el tono de western clásico extremo que tiene esta historia africana también me ha recordado los paisajes emocionales de Intemperie, la tremenda novela extremeña de Jesús Carrasco. Magníficas evocaciones las que me sugiere esta historia de dos hombres que, hablando poco y huyendo de todos, se van teniendo bastante afecto y no poca lealtad.